La guerra se peleó ante un graderío que parecía una sabana inhabitada. De un lado, Barry Larkin y su “jogo pequeno”. Del otro, Víctor Mesa, sus hombres, y la eterna ilusión de jugar la “pelota chiquita” de antaño.
Eso fue lo que hubo en Yahoo Dome. Brasil
luchó desde la “b” a la “l” por el triunfo, pero su inmenso contrincante
fue más y lo venció cinco por dos, convirtiendo al gigante sudamericano
en el primer equipo eliminado de este Clásico Mundial.
Los pupilos del ex torpedero del Cincinnati Reds, que 14 horas antes
habían sufrido versus Japón un sensible varapalos, volvían al terreno
para enfrentar a otra potencia beisbolera, esta vez Cuba. Era cuestión
de vida o muerte, y sucumbieron.