Ángel Francisco Carromero Barrios, político español del Partido Popular |
Tomado de Antorcha encendida
La muerte de los contrarrevolucionarios
Osvaldo Payá y Harold Cepero ha traído consigo no sólo la desgracia de la
desaparición física de dos personas; sino también la desvergüenza de esos
impúdicos que han usado este incidente en toda una comparsa de manipulación y
propaganda anticubana.
La certera investigación de los órganos
competentes del Ministerio del Interior cubano y las contundentes pruebas
corroboradas por los propios implicados extranjeros (Ángel Francisco Carromero,
político del Partido Popular (PP) español, y Jens Aron Mordig, dirigente sueco
de la Juventud Cristiano Demócrata (KDU), han dejado por tierra todas las
hollywoodenses versiones de los disidentes cubanos y la propia hija de Payá,
Rosa María.
Las
palabras de Jens Aron demuestran una vez más el carácter mercenario de este
grupúsculo llamado oposición cubana, la injerencia de organizaciones políticas
extranjeras en asuntos internos de Cuba y el apoyo financiero que recibe la
contrarrevolución cubana para asestar su labor subversiva dentro de la Isla.