Con frecuencia,
estudiantes de diferentes niveles de enseñanza llegan hasta el otrora mal
llamado Presidio Modelo para conocer de su historia, de la huella dejada allí
por varias generaciones de cubanos y extranjeros, que por diversas causas
guardaron prisión. Pero lo que más llama la atención son las historias vividas
por los jóvenes asaltantes al Cuantel Moncada el 26 de Julio de 1953 que fueron
confinados en él, denominado oficialmente como Reclusorio Nacional para
Hombres, que de “modelo” como correccional solo tenía el nombre, pero sí lo era
de tortura, maltrato y deshumanización.
Esquina de calle 26 (San Clemente) donde fue balaceado Bruno Hernández
Por Sergio Rivero Carrasco
El
26 de julio es una fecha de gran significación para los cubanos y especialmente
para los pineros: Por esas coincidencias de la historia, un 26 de Julio pero de
1896, hace ya 120 años, Nueva Gerona fue el escenario escogido por pineros
independentistas y deportados para protagonizar un alzamiento que demostrara la
vitalidad de la llama de la lucha independentista en esta Isla.
Fue escogido
el 26 de julio,
pues al igual que en otros lugares del país, los pineros celebraban el día de la Santa Ana, y las
festividades alcanzaban hasta altas horas de la noche, lo que garantizaba el
movimiento de hombres, incluso a caballos y en grupos, sin causar sospechas. El
plan elaborado tenía como propósito secuestrar al Gobernador Militar José Bérriz y obligarlo a
deponer las armas y capitular, ocupar el Cuartel de Caballería, tomar las armas
y distribuirlas entre los complotados, así como capturar la cañonera que se
encontraba en el muelle y con ella dirigirse a Pinar del Río.
“Y por todo ese ingenio y solidaridad colectivos, junto a la firmeza ideológica, unidad y claridad en nuestra estrategia política, siempre con el pueblo, fue que pudimos triunfar”. — Pedro Miret Prieto
Luego de 22 meses de encierro, los asaltantes de los cuarteles
Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, presos en la Cárcel Modelo de la
Isla de Pinos, obtuvieron finalmente la amnistía después de ser
condenados en la ciudad de Santiago de Cuba en octubre de 1953. Fue el
15 de mayo de 1955 cuando se produjo la excarcelación, pero ello fue
posible gracias a todo un proceso previamente organizado.
“Cuando creyeron que Fidel estaba totalmente aislado, ideamos
diversas vías de comunicación (…) señales de mano que hacía con Raúl,
junto a Fidel, de ventana a ventana, desde la celda donde ellos se
encontraban y el pabellón donde estábamos nosotros. Después Raúl inventó
sacar letras en cartones, luego funcionaron las pelotas de papel, que
eran las más seguras y tirábamos de un patio a otro, y la otra vía más
empleada con el exterior era la de los mensajes enviados dentro de
tabacos, pero debía tenerse mucho cuidado, pues su portador tenía que
salir o entrar con ellos encendidos (…) había que dejarlos como si
fueran de fábrica”, señaló Pedro Miret Prieto sobre las estrategias
durante el presidio.[1]
Por Sergio Rivero Carrasco Fotos de varios autores
El
museo Presidio Modelo, declarado Monumento Nacional de Cuba, celebra su
cumpleaños 40 cada vez más vinculado a su entorno.
Nadie
podría imaginar que detrás de las terribles historias de vida de miles de
cubanos confinados allí por ver a Cuba libre de ignominia, se escondiera una
actividad tan intensa con la gran variedad de proyectos que allí acuden para
enriquecer su conocimiento sobre la historia local y nacional.