Fue sabia la decisión de abrir este espacio especial dentro de una
conferencia internacional dedicada a José Martí en su aniversario 160.
Vamos a hablar sobre un libro que él habría leído con amoroso interés
en alguna noche de insomnio, en la soledad de su pobre aposento, sin
que lo apartase de su lectura el frío rumor del Hudson. Allí, en Nueva
York, el Apóstol
había descubierto antes que nadie la naturaleza oculta de aquella
sociedad, la corrupción y la violencia de la que brotaba un Imperio cuya
amenaza él convocara a resistir. Lo habría leído con emoción y asombro
al rencontrarse en sus páginas, en cinco jóvenes que supieron como él
vivir dentro del monstruo y preservar intactas la dignidad y el amor a
la Patria lejana. Son ellos, con su altruismo irreductible, quienes
rinden a José Martí, desde hace ya casi quince años, el tributo más
puro.