El derrotado muro anticubano junto al perdedor Romney |
Muchas veces he dicho que la política de hostilidad de Estados Unidos hacia Cuba no beneficia a nadie, incluyendo a los intereses de los propios Estados Unidos. Se mantiene por tozudez, por arrogancia y por prepotencia del establishment; como la Ley Helms-Burton, creada en complicidad con círculos de la extrema derecha miamense y mantenida por legisladores cubanoamericanos que imponen políticas vengativas a través de funcionarios ubicados en puestos claves del gobierno de turno en la Casa Blanca. Y dije también que a pesar de todas sus promesas de cambio la política del presidente Obama hacia Cuba iba a chocar contra esos obstáculos en su primer mandato y contra su propio miedo, o cautela, ante la reelección. Pero algunas cosas han cambiado y muchas otras empiezan a cambiar.