Texto: Mairyn Arteaga Díaz
Fotos: Ismael Francisco y Ladyrene Pérez
Tomado de Cubadebate
Fotos: Ismael Francisco y Ladyrene Pérez
Tomado de Cubadebate
No sabe por qué, siempre, a esta misma hora, tiene que mirar el Sol,
el infinito. No sabe por qué, siempre, a esta misma hora, se le escapan
los suspiros como bandadas de golondrinas emigrando al verano. No sabe
por qué y sin embargo no puede evitar sentir la conexión con el rojo y
el naranja, que siempre, a esta misma hora, van dejándole dentro los
mismos tonos que le dejan al cielo.
Sí sabe que el ocaso le mezcla los sentimientos con una fuerza
arrolladora, que a veces hasta llega a ser cruel y que se queda con un
no sé qué de nostalgias, anhelos, alegrías, y que también a veces siente
unas ganas inmensas de gritar, de estallar y quedar suspendida como
una partícula más en el aire.