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lunes, mayo 28, 2012

Un hombre intenta comerse a otro en Miami

Publicada en The Miami Herald
Un hombre desnudo le comía el rostro a otro hombre desnudo en la rampa de una autopista en el centro de Miami y le gruñó a un oficial de policía cuando intentó detenerlo, dijo un testigo.

Larry Vega le dijo a la televisora local WSVN-TV, en Miami, que él andaba en su bicicleta el sábado por la tarde en el paso elevado MacArthur hacia el centro de la ciudad cuando vio el salvaje ataque en una rampa del puente. El paso elevado conecta el centro de Miami con Miami Beach.

sábado, mayo 19, 2012

¿Justicia selectiva?




Si hubo una época sumamente peligrosa para vivir en Miami, esa época fue en la década de los setenta. El solo salir a la calle constituía un constante riesgo de muerte. Por un lado, estaban los llamados cowboys de la cocaína, y por otro, los grupos terroristas de cubanoamericanos. Los cowboys de la cocaína, lo mismo tiroteaban en pleno tráfico en las calles, que se batían a balazo limpio en el parqueo de cualquier centro comercial, y los terroristas cubanos, lo mismo ponían una bomba a las afueras de cualquier oficina, que la ponían en algún carro para que explotara en plena vía pública o formaban una balacera en medio de cualquier calle.  Los ejemplos sobran.
El dinero corría en Miami como si fuera agua por un alcantarillado bajo pleno aguacero. Por aquellos años, Miami era una gran lavandería de dinero. Los narcotraficantes recogían los dólares, producto de sus ventas de estupefacientes, y con ellos compraban mercancía que exportaban, principalmente a Colombia, en donde la vendían a comerciantes locales y así recuperaban su dinero.  Millones y millones de dólares del narcotráfico se blanquearon en Miami por esa vía. Por otra parte, las extorsiones de los terroristas de origen cubano y los juegos ilegales de bolita, garitos y peleas de gallos producían grandes cantidades de dinero, que estos se gastaban en bares y restaurantes de la ciudad y en construcciones de edificios familiares para la renta o la venta de los mismos. La corrupción había llegado al máximo posible.