Por Gustavo Veiga
Tomado de Página 12, de Argentina
El deporte cubano no escapa a las consecuencias negativas del bloqueo que le impone Estados Unidos a la isla hace 51 años. Mañana la ONU
volverá a rechazarlo por aplastante mayoría una vez más. Pero eso no
evitará que se repitan pérdidas millonarias; importaciones más caras de
pelotas, botines o jabalinas por los fletes; retenciones indebidas de
dinero por premios ganados en competencias internacionales o que la
maquinaria de propaganda del gobierno de Obama continúe estimulando la
salida de talentos. Una política que no le aplica a ninguna nación de la
tierra. Pese al costo que paga Cuba por esa agresión económica, a
veces, esas medidas hacen agua. En la última semana, el sitio www.baseballdecuba.com publicó
que uno los mejores beisbolistas, el pitcher Ismael Jiménez, había
abandonado el país hacia República Dominicana. No era cierto.