La ropa interior explosiva que apareció en Yemen a principios de este
mes ha hecho que las autoridades se vuelvan a preocupar ante la
posibilidad de que los fabricantes de bombas de Al Qaeda
estén encontrando maneras innovadoras para ocultar explosivos, incluso
en el cuerpo de los atacantes. Pero, ¿qué tan alarmados deberíamos
estar?
Un dispositivo insertado en el cuerpo sería sólo el último capítulo
del juego mortal del gato y el ratón entre Al Qaeda y los funcionarios
de seguridad aérea de occidente. El grupo siempre ha buscado nuevas
formas de evadir las normas impuestas por los aeropuertos.
Pocos meses más tarde, una bomba en un zapato casi derriba un avión.
Por esa razón, se introdujeron controles de seguridad que incluyen el
calzado.