Ninguna de las presiones, amenazas, negativas, militarización de aeropuertos, avenidas, caminos, ciudades, en fin, de casi todo el país hondureño, fueron suficientes para impedir que se cumpliera la decisión del presidente constitucional José Manuel Zelaya de regresar a su país, encontrarse con su pueblo y enfrentar las consecuencias que ello conlleven.
Ya se anunció su salida en un primer avión junto a Miguel D´Escoto, presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas, quien lleva como propósito hacer cumplir lo contenido en la Carta de la ONU y restituir al presidente constitucional y a la democracia ultrajada al país por una fauna gorilezca de oligarcas y militares mantenidos a costa de la explotación del pueblo por muchos años y que poco les interesan los destinos del país.
Por un problema de amor patrio, de confianza y lealtad al pueblo que lo eligió en las urnas a finales del 2005, Zelaya desde su primera aparición luego del golpazo, reiteró su decisión de regresar a la sagrada tierra de Morazán y alistarse junto a ese pueblo humilde que de cada diez familias ocho tienen un nivel de pobreza; seis un nivel medio de pobreza y tres son en extremo pobres, y en la práctica, son los que llevan encima el mayor costo de esta dantesca aventura.
Muy importante desde el punto de vista de los análisis realizados han sido las últimas jornadas de la reunión de la Asamblea General de la OEA, en la que la mandataria argentina Cristina Fernández, expresó su más rotunda condena al aldabonazo hondureño y destacó “que la asonada demuestra una estrategia oculta para torcer el rumbo que toma el hemisferio”… “Hay una estrategia más fina, más profunda que no sólo involucra a los golpistas hondureños, sino que se intenta frustrar una política distinta en la región”, precisó.
Mientras que Fernando Lugo, el mandatario paraguayo, advirtió hoy en la OEA sobre la pesadilla del retorno a regímenes duros y que “Honduras nos da un golpe en la conciencia democrática”, reiteró Lugo, quien destacó que la causa del pueblo de la nación centroamericana cuenta con la solidaridad de todas las naciones del mundo.
Por su parte Nicolás Maduro, Ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, rechazó hoy los llamados al presidente Manuel Zelaya de retrasar su regreso a Hondura para ser restituido, tras sufrir un golpe de Estado. “Consideramos inaceptable el argumento que pretende convertirse en chantaje de que el regreso de Zelaya sólo incrementará la tensión”, expresó.
“No hay retroceso, el pueblo me espera y allí estaré”, reiteró el presidente Zelaya, quien esta tarde estará arribando al aeropuerto internacional más custodiado del mundo, aproximadamente con 20 000 militares, y con un pueblo enaltecido reunido en los alrededores, venidos de todas partes del país lo espera, porque lo reconoce como su verdadero y único Presidente.