¡El mundo contra el golpe!, es la postura que ha caracterizado durante la última semana a los pueblos, organizaciones sociales, políticas, humanitarias, ecologistas y solidarias en relación con el golpe fascista perpetuado en honduras el domingo último.
Una comprometida declaración fue develada hoy por el asesor jurídico del ejército salvadoreño al hacer pública la información que la Junta de Comandantes del Ejército eran los que habían dado la orden de arresto al presidente Zelaya y decidido sacarlo del país. También el susodicho asesor reconoce que ese acto constituye un grave delito cometido por el ejército, por el cual deberán responder los responsables.
Falsos y justificativos argumentos adornan esa información alegando que lo hicieron “para evitar un baño de sangre en la población” sacando al presidente del país; que cuando expliquen los motivos y las circunstancias que los llevaron a ello, serían exonerados de responsabilidad, como si eso fuera tan sencillo. El baño de sangre ya comenzó y lo están protagonizando ellos.
Rechazado por lo insólito del hecho en pleno siglo XXI, beneficiario de los sectores oligárquicos y militares más rancios de Honduras, a partir de su desacuerdo con las posiciones democráticas, participativas e integracionistas adoptadas por el oficial gobierno de Manuel Zelaya, quien había hecho una propuesta de diferendo que llevaría a que la voz y los intereses de las clases más bajas de la población, explotadas históricamente, pudieran obtener los beneficios que, lógicamente, chocaban con los intereses de la oligarquía nacional, cada vez más posesionada económicamente a costa de los recursos de la nación.
La batalla popular que ha ido creciendo hasta su sexto día hoy, se enfrenta a los militares y la policía que apoyando incondicionalmente al los golpistas, tratan de impedir el empuje del movimiento revolucionario. Estas jornadas se han caracterizado por el uso desmedido de la fuerza y la violencia, los encierros masivos, los ataques con fusiles a los manifestantes, la desaparición de dirigentes de organizaciones sociales, allanamientos y todos los métodos utilizados por los gobiernos fascistas que han imperado en la historia.
Por su parte el presidente Zelaya y el pueblo hondureño continúan recibiendo de todas partes del planeta el apoyo solidario, las fuerzas para continuar la lucha y el repudio universal al golpe.
La llegada de Zelaya a El Salvador fue una muestra de ello. Cientos de personas y el Frente Faragundo Martí para la Liberación Nacional lo esperaban en San Salvador para demostrar su alistamiento a la causa hondureña.
Ejemplo concreto de solidaridad también lo constituye la presencia de la Premio Nobel Rigoberta Manchú, quien arribó hoy a Tegucigalpa y ha tenido múltiples contactos con las fuerzas populares organizadas en el Frente Único Nacional contra el Golpe de Estado, quienes además entregaron al Secretario General de la OEA presente allí, un documento contentivo de todas las violaciones cometidas por los gorilettistas con la población y el clamor popular por el regreso del presidente constitucional José Manuel Zelaya.
Las calles están repletas de pueblo que se aprestan a esperar la llegada de su presidente constitucional José Manuel Zelaya el domingo, quien llegará acompañado por el Secretario General de la Organización de Naciones Unidas, el Secretario General de la OEA y mandatarios latinoamericano como el presidente de Ecuador Rafael Correa y la presidenta argentina Cristina Fernández de Kitchner el domingo, después de participar en una sesión extraordinaria de la OEA en Washington.
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