viernes, julio 03, 2009

En la confianza está el peligro.

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Dice Insulza que irá a Honduras a discutir y presentar el acuerdo de la OEA y de la ONU, porque si no aceptan quedará expulsado el país de la Organización. No voy a dialogar.

Esa expresión dice mucho del nuevo lenguaje que al inicio del siglo XXI sostienen los más recios e históricos defensores de las causas no muy justas al calor del golpe de estado arremetido en Honduras por las capas oligárquicas y militares; el sendero transitado en ese quehacer por la OEA y Estados Unidos, su más fiel “consejero”, han empedrado el camino del infierno y llevan una larga lista de acciones en la región durante el siglo XX y en el propio país hondureño, que convidan a la desconfianza por el doble rasero y la doble moral con que han actuado siempre.

La costumbre en su actuar se caracteriza por una postura aparentemente adecuada públicamente y por un negocio de intereses por el traspatio que comprometen el presente y futuro de las naciones, mientras que al final, siempre aparece alguna denuncia contundente con sus argumentos que los desenmascara, pero ya el mal está hecho y son precisamente, las clases más desposeídas las que siempre pagan el plato roto.

El tiempo es oro; cada minuto que pasa es decisivo en la lucha que libra el pueblo hoy porque la embestida golpista cada vez arrecia sus acciones fascistas, arremete contra el pueblo, recluta niños, allana en las casas, caminos y avenidas, desaparece a funcionarios, maltrata a periodistas y cierra medios de prensa plana, radial y televisiva tratando de preservar el pero mediático.

A partir de esas premisas, cobra doble importancia lo avizorado por el Comandante en Jefe Fidel Castro en la reflexión publicada día 25 de junio, referida a la situación creada el 24 en el Congreso hondureño con la destitución del presidente Zelaya como Jefe del Ejército. Evalúa su actitud al ir junto al pueblo a buscar las urnas y documentos de la consulta del domingo 28. En esa reflexión precisa que debemos estar a la expectativa, porque los días siguientes pueden deparar conflictos y que en ellos tendría un peso muy grande la Organización de Estados Americanos (OEA) y los Estados Unidos.

Desde Venezuela el Partido Comunista está llamando a todo el mundo a sumarse a la denuncia porque consideran que lo que ha hecho la OEA al solicitar un período de 72 horas para el regreso del presidente Zelaya a Honduras, ha ganado terreno y permitido que la dictadura golpista de Martinelli y el coronel Romero pretendan poner condiciones y blasfemar que su país no va a "negociar nada" con la Organización de Estados Americanos (OEA) para restituir al presidente Manuel Zelaya, porque éste "nunca va a retornar al poder" en Honduras. "Nosotros no podemos negociar nada".

Como dijo un colega en un comentario “con los fascistas no se negocia” y esa ha sido la voluntad del ALBA y de los pueblos y organizaciones internacionales que han condenado conscientemente honestamente el golpe de estado.

Refieren loc comunistas venezolanos que esas 72 horas más de espera será demasiado tarde, los golpistas habrán ganado opinión nacional e internacional, las masas estarán agotadas ante esta vacilación, perderán fuerza, la represión aumentará rápidamente como ha sucedido y los líderes sindicales, populares y las fuerzas políticas de izquierda serán sometidas por la fuerza, las torturas y el asesinato. Esto lo saben muy bien los saben muy bien quienes manejan la técnica de la guerra de Cuarta Generación y su experiencia en todo el mundo. Lo saben con mucha razón los pueblos de Centroamérica que han vivido en carne propia esos procesos.

No puede haber tregua, hay que estar alertas a cada una de las cosas que se conversen y tener en cuenta el tono, las expresiones y hasta cada una de las palabras que deben ser bien estudiadas para que la intencionalidad salga a flote, porque la independencia, la soberanía, la tranquilidad de un pueblo y su derecho a vivir cada día mejor, NO se puede entregar. Hay que defenderla hasta con los dientes como lo ha hecho el pueblo hondureño por cinco días en condiciones adversas y enfrentado a todo tipo de agresiones.

A los golpistas no les importa ser excluidos de la OEA. Por ello, es al pueblo hondureño a quienes corresponde acumular fuerzas y recuperar la democracia.

Se impone multiplicar aún más la solidaridad, unir a los hondureños en torno a su legal gobierno y enfrentar resueltamente a los fascistas golpistas que han tratado de impedir con estos hechos, que prevalezca la verdadera democracia, los derechos ciudadanos y los mandatos del pueblo.

No se puede confiar en nadie ni en nada . Ojalá los objetivos que llevaron al Señor Insulza a Tegucigalpa sean cumplidos al pie de la letra y se mantenga, según ha expresado, que NO HABRÄ NEGOCIACIONES

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