No entiendo la mediación y el no entendimiento viene del ambiente mafioso, encubierto, mentiroso, premeditado y enmascarado. Nada de cartas abiertas ni transparencia como se había dicho.
Esa mediación nació con malformación congénita y manipulada, puesta en práctica para ganar tiempo por parte de la dictadura golpista y sus acólitos y como una medida de desgaste sistemático, hablando en términos militares, para el gobierno constitucional y la acción del pueblo en defensa del retorno a su constitucionalidad.
El pueblo se desgasta en las calles, lucha sin cesar, ocupa las principales arterias por las que se pueden suministrar recursos al gobierno de la asonada para impedirlo. Las agresividad de los golpistas se acrecienta con el incremento de efectivos militares, el enfrentamiento a los manifestantes y aunque la Comunidad Internacional ha protagonizado las protestas más fuertes que se hayan conocido de forma unánime contra la existencia del gobierno de facto, sigue ahí, sin que nadie tome una decisión definitiva sobre su retiro y la devolución al pueblo de los derechos constitucionales eliminados por los terroristas ocupantes del poder.
Tampoco se entiende que al Gorilote con casaca de presidente, se le dé el mismo tratamiento que a Zelaya que sí es un presidente constitucional elegido por su pueblo. Con los socarrones usurpadores del poder no puede haber conversación ni diálogo, sobran mecanismos para sacarlos del poder, ya sean por fuerzas internas o externas.
La postura arrogante y prepotente asumida por la delegación de facto que asistió a Costa Rica, cual si fuera presidente legítimo del país, dictó decisiones ilegalmente acerca de las elecciones de noviembre que fueron convocadas desde sus inicios por el presidente Zelaya que es el único que puede pronunciarse oficialmente por ellas.
No es posible que se le permita retirarse y dejar una delegación de carteristas de pacotilla porque no tienen validez ninguna como funcionarios gubernamentales y que los reales representantes del gobierno hondureño se queden esperando por ellos, como dejó bien claro en sus declaraciones la Canciller de Honduras Patricia Rodas.
Ellos se empecinan en mantener el poder a toda costa y si el domingo no se ha llegado a un acuerdo se interrumpirán las conversaciones y entonces seguirán ganando tiempo y esa es la estrategia.
Ahora se dice que los poderosos del narcotráfico están involucrados en el golpe de estado perpetrado por la camarilla oligárquica y militar de Honduras. Es mucho el dinero y los intereses que corren en ese fatal hecho para América y para la democracia del continente.
Por otra parte los Estados Unidos no han cumplido con sus declaraciones, puesto que el presidente Obama por un lado reconoce públicamente que se ha producido un golpe de Estado y que el presidente Zelaya debe regresar mientras que por otra, no corta los vínculos con los golpistas, no ejecuta las medidas de retirada de la ayuda económica y militar a ese país que había dicho esperaría al lunes de esta semana para observar el desarrollo de los acontecimientos. Parece que los acontecimientos van a su favor y en correspondencia con sus intereses, porque nada se ha hecho por ahogar a los golpistas. ¿Cuál es la posición real de ese país con respecto al golpe?
Si retomamos las declaraciones de la Secretaria de Estado Hillary Clinton, cuando al culminar la reunión con el presidente Zelaya en Washington, a una pregunta de los periodistas acerca de que si ese regreso al orden constitucional de Honduras, implicaba el retorno del presidente Zelaya, ella, de forma evasiva, contestó: "Ahora que tenemos un proceso de mediación que podría comenzar pronto, no quiero prejuzgar lo que las partes van a acordar. Es bueno que las partes con el presidente Arias como ayuda, resuelvan estos temas".
Dejó lo más importante del proceso, que es el retorno del presidente Zelaya al poder constitucional, en el aire para que “cada cual saque sus propias conclusiones”. A esas conclusiones se pueden llegar poco a poco con el seguimiento al desarrollo de los acontecimientos y de la estrategia trazada por los yanquis y los golpistas con la mediación.
Al cabo del segundo día y sin seguridad de que ocurra otro encuentro cabe preguntarse entonces: ¿Cuál es la mediación?