Por Nick Turse, con introducción de Tom Engelhardt
Tomado de Cubadebate
A veces, el mundo puede ser visualizado como algo muy simple, en
blanco y negro. Permítanme darles un ejemplo. Imaginen que los iraníes
secuestran a un ciudadano estadounidense en un tercer país. (Si
prefieren, pueden reemplazar a los iraníes por militantes de Al Qaeda o
por norcoreanos o chinos.) Lo acusan de ser un terrorista. Lo encierran
en una cárcel sin presentar cargos en su contra, sin juicio ni sentencia
diciendo que creen que posee información crucial (quizás incluso del
tipo “bomba de tiempo” -y los iraníes tienen alguna experiencia genuina
con bombas de tiempo). En las semanas posteriores, lo torturan
con el “submarino” (le sumergen la cabeza en el agua) una y otra vez.
Lo desnudan, le colocan un collar y una correa de perro. Le ponen una
capucha, le tiran perros encima. Le echan agua helada y lo dejan desnudo
en las noches frías. Lo cuelgan por los brazos del techo en la postura
“strappado”. Estoy seguro de que no tengo que continuar con más
detalles. ¿Hay alguna duda sobre lo que nosotros (o nuestros líderes)
diríamos o pensaríamos de los responsables de esto?