De casta le viene al galgo. Cuba -cuya historia confirma que ha combatido cada vez que le ha hecho falta- se empinó gracias a la lucha en el medallero de los Panamericanos de Guadalajara, y ahora mismo ancla en el cuarto escaño con un total de diez doradas, igual cantidad de subtítulos y ocho preseas de bronce.
La modalidad grecorromana aportó cuatro oros en noche perfecta, y la Isla grande del Caribe puso en la mira a sus dos adversarios en la pulseada por el segundo puesto de la clasificación por países: Brasil, que acumula 14-12-16, y Canadá, que anda por 12-10-17. México, en tanto, pasó a la quinta plaza con 9-10-18.
Luchadores que somos los cubanos, dije arriba, y es que Gustavo Balart, Pedro Isaac, Pablo Shorey y Mijaín López no dieron tregua a sus rivales en las divisiones de 55, 66, 84 y 120 kilogramos, respectivamente. Sin ánimo de menospreciar a los contrarios, fue un abuso lo de estos muchachones.
Balart, el de menos alcurnia del cuarteto, no creyó en su reducida anatomía y se impuso sin problemas (3-1) al venezolano Jorge Cardozo. Mientras, Isaac -empecinado en no permitir puntos en contra a lo largo del torneo- liquidó por 3-0 al dominicano Anvelo Mota; Shorey hizo lo mismo con el colombiano Cristian Mosquera; y Mijaín, como era de esperar, “jugó” con el morocho Rafael Barreno, al que batió por superioridad de 4-0.
No fueron estas, sin embargo, las únicas medallas de la delegación en la jornada. El badmintonista Osleni Guerrero nos regaló un inédito galardón plateado al ceder únicamente versus el guatemalteco Kevin Cordon en dos peleados sets (21-23 y 19-21), y las chicas del voli… bueno, eso es historia aparte.
Las discípulas de Juan Carlos Gala, que en recientes certámenes sufrieron una seguidilla de penosas derrotas, se crecieron en la final ante el mejor equipo del planeta, Brasil, y lo obligaron a dirimir cinco emotivos tiempos que hicieron honor a la gloria vivida por este deporte en la Mayor de las Antillas.
Los marcadores (15-25, 25-21, 21-25, 25-21 y 10-15) no bastan para el recuento de la tensión que hubo en el terreno. Las cubanas irrespetaron la tremenda categoría del oponente, que tuvo que apelar a su maestría -en especial la de un bloqueo cronométrico- para aplacar el ímpetu de estas morenas que, sin la espectacularidad de sus antecesoras, ya comienzan a gritarle al planeta que hay que contar con ellas.
No faltaron pergaminos de bronce en esta fecha. Inolvidable fue el que consiguió la jovencísima Marlies Mejías en el Omnium -acabó con 24 puntos y solo resultó aventajada por un par de mujeres bien reconocidas en el continente, la venezolana Angie González (14) y la mexicana Sofía Arreola (17)-, aunque igual calificativo merece el de Hanser García, quien otra vez se encaramó en el podio de los Juegos, ahora en la prueba de 50 metros libres.
Subcampeón en el hectómetro de esa especialidad, el Pollo (22.15 segundos) entró tercero el jueves por detrás de dos brasileños de suficiente aval: el multilaureado César Cielo (21.58, récord panamericano), y el menos talentoso pero bien cotizado Bruno Fratus (22.05).
Desafortunadamente, la estelar Lisandra Guerra no pudo “romper monte” en el keirin ciclístico al caer de manera aparatosa en la sexta vuelta del evento, pero otras disciplinas se encargaron de responder a las expectativas en importantes juegos de la clasificatoria.
Son los casos del béisbol, que venció a Canadá 9×5 -victoria para el zurdo Yuliesky González, con cuatro remolques de José Dariel Abreu-; el hockey sobre césped varonil, dominador de la escuadra de Estados Unidos con score de 4×2; y el softbol para damas, que aplastó 5×0 al representativo mexicano.
Hoy, que arrancan las preliminares del boxeo, las posibilidades titulares de Cuba estarán concentradas en tres divisiones de la lucha greco. ¿Se podrá completar la barrida en el estilo clásico? Los oráculos dicen que sí.
Mijaín fue demasiado
Mijaín fue demasiado
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