En varios Estados norteamericanos, desde Minesota a Georgia, algunos legisladores preocupados por la crisis fiscal, las políticas de la Reserva Federal y la debilidad del dólar, han presentado iniciativas que le permitirían a los ciudadanos usar metales preciosos como el oro para declarar impuestos y hacer negocios.
La Constitución de Estados Unidos
prohíbe a los estados imprimir sus propios billetes y emitir su propia
moneda, pero tiene una cláusula antigua que sí permite que acepten
monedas de oro y plata como pago si así lo deciden.
Recientemente, Utah se convirtió en el primer estado en aprobar una
ley que reconoce las monedas de oro y plata como método de pago para
transacciones comerciales.
“Miren lo que está pasando con nuestra economía. Tendencias
preocupantes afectan nuestra prosperidad. Muchos ahora reconocen que una
de las amenazas más graves es la condición precaria del dólar”, afirma
Brad Gálvez, el legislador republicano de Utah que impulsó la medida.
Según Gálvez, aunque esta nueva ley no obliga a nadie a utilizar
monedas de oro, lo que busca es crear un sistema alternativo al dólar y
hacer más fáciles este tipo de intercambios monetarios.
Tarjeta bancaria “de oro”
A los pocos meses de aprobada la legislación, el Utah Gold and Silver
Depository -la institución depositaria de oro y plata de Utah- lanzó un
servicio mediante el cual se puede obtener una tarjeta de débito ligada
directamente a depósitos en oro para transacciones comerciales básicas.
Esto evita tener que cargar lingotes de oro en el bolsillo cada vez
que se quiera hacer una compra. Por ejemplo un auto que vale US$17.000,
se puede comprar con aproximadamente 10 onzas de oro, siempre y cuando
el dueño del carro acepte el pago de este tipo de tarjeta.
Siguiendo el ejemplo de Utah, Carolina del Sur aprobó una medida
similar, y más de 13 estados más, como Virginia, Iowa y Colorado
estudian propuestas parecidas.
“Si se da una hiperinflación, depresión u otra calamidad económica
relacionada a la Reserva Federal, se generaría un caos en las finanzas
de los gobiernos locales y la economía privada”, estima por su parte el
legislador Glen Bradley, republicano de Carolina del Norte que patrocinó
una medida similar en su estado.
La propuesta de Bradley, que no fue aprobada, permitiría a los residentes de su estado pagar en oro impuestos y multas.
La idea de implementar alternativas al dólar también tiene cierta acogida nacional.
El excandidato presidencial republicano Ron Paul de Texas y el
senador Jim DeMint de Carolina del Sur, presentaron este año una
propuesta de ley federal que permitiría que los estados emitan su propia
moneda.
Y la popularidad del oro también se hizo sentir en la Convención
Nacional Republicana, donde los delegados aprobaron una plataforma
política que incluye una comisión para estudiar volver a ligar el dólar a
este metal. Estados Unidos dejó de respaldar su moneda a las reservas
de oro en 1933, como medida para controlar la depresión que azotaba el
país.
¿Propuesta económica o protesta política?
Según Larry White, profesor de economía de la George Mason
University, estas propuestas surgen por la incertidumbre económica que
rodea el dólar, la escalada en el precio del oro y el descontento de
muchos con las políticas de la Reserva Federal.
White, autor de varios libros de política monetaria, explica que la
mayoría de estas iniciativas son simbólicas y con el objetivo de sentar
una protesta contra el sistema fiscal promovido por Washington.
El académico agrega que aunque estas ideas son llamativas a pequeña
escala, es prácticamente imposible implementar un sistema alternativo en
una economía que mueve miles de millones de dólares al día.
White indica que aunque el oro tenga más valor que el dólar, casi
nadie va a querer que le paguen en oro, si luego no tiene como gastar,
depositar o utilizar ese oro.
“Es muy difícil competir con una moneda oficial, porque esta tiene
toda la red de transacciones a su favor y todo el mundo la reconoce”,
explicó White en una entrevista con BBC Mundo.
“No creo que estos proyectos lleguen a mucho”, concluyó.
(Con información de BBC)
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