El Papa Benedicto XVI aseguró este martes en su mensaje de Año Nuevo que esperaba un 2013 lleno de paz, y advirtió que el mundo estaba bajo la amenaza de un capitalismo desenfrenado, el terrorismo y la criminalidad.
El Papa de 85 años comenzó el año con una misa para unas 10.000
personas en la Basílica de San Pedro, el día en que la Iglesia católica
celebra su Día Mundial de la Paz con iniciativas en todo el mundo.
También habló de paz después de la misa, dirigiéndose a las decenas
de miles de personas que habían seguido la celebración desde los
exteriores, en la Plaza de San Pedro.
“Un año nuevo es como un viaje. Con la luz y la gracia de Dios,
podría ser el comienzo de un camino hacia la paz para cada persona, cada
familia, cada país y para el mundo entero”, dijo desde su ventana que
da a la plaza.
Dio las gracias a los pacificadores del mundo, y dijo que se merecen
alabanzas por trabajar incansablemente, a menudo en un segundo plano, de
forma ingrata y provistos sólo “con las armas de la oración y el
perdón”.
Manifestantes en favor de la paz que llevaban pancartas con los
colores del arco iris soltaron globos azules en una Plaza de San Pedro
soleada aunque fría, mientras el Papa hablaba.
Antes, en su homilía, el líder de los 1.200 millones de católicos del
mundo criticó los “semilleros de tensión y conflicto causados por los
crecientes ejemplos de desigualdad entre ricos y pobres”.
Denunció “la prevalencia de una mentalidad egoísta e individualista que también encuentra su expresión en un capitalismo sin regulación, en varias formas de terrorismo y de criminalidad”.
Benedicto XVI dijo que estaba convencido de la “vocación innata de la
humanidad para la paz”, a pesar de muchos problemas y reveses. Dijo que
una relación personal con Dios puede ayudar a todos los creyentes a
tratar con lo que llamó “oscuridad y angustia” que a veces define la
existencia humana.
En su mensaje completo para el día de la Paz, el Papa pidió un nuevo
modelo económico y regulaciones éticas para los mercados, y dijo que la
crisis financiera mundial era la prueba de que el capitalismo no protege
a los miembros más débiles de la sociedad.
También advirtió de que la inseguridad alimentaria era una amenaza
para la paz en algunas partes del mundo y reafirmó con firmeza la
oposición de la Iglesia al matrimonio homosexual. El matrimonio
heterosexual tiene un papel indispensable en la sociedad, sostuvo.
(Con información de agencias)
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