La evolución del pensamiento sufrido por los cubanos en los últimos años
apunta a que ya hasta los varones, sueñan con crecer muy rápido para llegar a
los 15 años y recibir los agasajos que la ocasión depara sobre todo para las
féminas, las que comparten las fotos, vídeos, fiestas, cada vez más
sofisticadas y hasta competencias que denigran los valores de hijos, familiares
y vecinos.
Tal es la historia que nos
cuenta Francisco Fonseca en un excelente guión en que ha dejado
pocos espacios
por penetrar. Los recovecos por donde transitan los personajes y sus historias,
marcan hitos en el comportamiento de una buena parte de los cubanos que se ven
entre las dos aguas: “Los Quince de mi hija van ó quedará mal con mi hija”, “pero…
¿cómo reúno ese dineral equivalente a una fiesta de 15?”.
Maikel Jorge Pascual,
excelente editor y Director de programas televisivos, ha demostrado una vez más
su talento, valentía y confianza en su
profesionalidad para emprender la Dirección de actores con un peculiar hilván en
esta suerte de teleplay, reflejo fiel de lo que acontece a diario en nuestras
familias fruto de la incomunicación, y el afloro de antivalores que menoscaban
la educación y la instrucción recibidas durante más de 50 años.
Un buen equipo lo secundó
para hacer realidad esta entrega primogenia y anticipada a la programación del
Verano 2014. Meilín Kyles, en el protagónico acompañada la fronteriza familia compuesta por Bertha Martínez en la madre y
el padre asumido por Francisco Fonseca que abraza a la madrastra interpretado
magistralmente por Maritza González Karán y el padrastro por Miguel Leoncio
Olaechea. Un elenco de lujo que bien supo mover y apasionar para que las
situaciones no se apartaran del proceder cotidiano y sencillo, sin actitudes
rebuscadas, aun cuando se pasea entre la comedia y el drama.
Las locaciones escogidas
bien fueron reflejos del ambiente familiar distanciado que alimenta y perturba a la joven quinceañera
desde toda la vida. Ella parece no haber tenido un momento de sosiego para
enfrentar la distensión existente entre sus padres biológicos y los “postizos”
como bien declara en un momento cumbre que “Si no se ponen de acuerdo celebrará
su fiesta con los amigos, bien alejada de ellos.
La música incidental calza
cada escena y lo hace con la frescura de la comedia y el suspense del drama
que de ella se espera. La sencillez de
recursos y la limpieza del diseño en el trabajo actoral nos entregan un
producto audiovisual de calidad atemperado a las necesidades y los gustos de
los televidentes.
“Mis Quince”, es un
audiovisual para disfrutar y meditar, demostrativo de una realidad que está ahí
tocándonos en el hombro, diciéndonos mírame, yo existo, y que estamos llamados a
despertar para enfrentarla con la madurez que reclama.
Una vez más el telecentro
Islavisión de la Isla de la Juventud enriquece su pantalla con un producto
espejo de la realidad social y cómplice del talento de su joven equipo de
realización. ¡Felicidades!
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