viernes, junio 23, 2017

La tercera opción en Cuba: El drama de los equilibristas.





Por Raúl Antonio Capote / Razones de Cuba

  • La tercera opción, el centrismo cubano, fue creado en los tubos de ensayo de los centros de subversión del enemigo
Un poco de historia

Surgida en Inglaterra como intento por enmascarar y atenuar la depredación capitalista, acelerada tras la caída de los proyectos socialistas en Europa del Este, la doctrina de la tercera vía no ha generado, como profetizaron sus gurúes, las condiciones para que los millones de pobres del mundo sobrevivan, produzcan y consuman; se ha generado, eso sí, un deterioro brutal de las condiciones de vida, más pobreza, más insalubridad, más inseguridad.
Los representantes de llamado centrismo en Cuba, que se presentan como una tercera opción, una vía intermedia entre el capitalismo y el socialismo, etc., tratan de demostrar con una serie de sofismas, lo inoportuno de la vía revolucionaria, niegan, como negaron a finales del XIX los Autonomistas, a la Revolución.



Palabras nuevas para principios viejos, la misma fórmula se intentó para mediatizar la Revolución a finales de los 50 y a principios de los 60, finiquitaba la década del 80 cuando se intentó utilizar movimientos artísticos con propuestas estéticas emergentes, para fomentar el discurso de la tercera opción. Con este fin se utilizaron becas internacionales que existían para otros propósitos y se intentó confundir y sobre todo dividir en momentos sumamente complejos, en que el llamado Socialismo Real en Europa del Este hacía aguas, a sectores de la joven intelectualidad artística y literaria de entonces en la Isla.

El hilo de la trama

El 14 de mayo del 2004 a las 16:00 horas se reunieron en la residencia de un funcionario estadounidense, destacado en la Sección de Intereses de los Estados Unidos en la Habana (SINA), Francisco Sáenz, un grupo variopinto de funcionarios yanquis, funcionarios diplomáticos de países aliados del gobierno de los Estados Unidos y oficiales de la CIA. Invitado especial, el profesor universitario y escritor, Raúl Capote.

Apenas una hora antes el pueblo cubano había marchado frente a la SINA en protesta por el endurecimiento de la guerra económica contra Cuba y las amenazas del Presidente de los EE.UU., George W. Bush. Diez años después, un Presidente de ese país reconocía la derrota de la obsoleta política e intentaba lo mismo de “otra manera”, la lógica indicaba el fin del garrote y la administración Obama apostaba a proyectos como Génesis. Cuba Posible, etc.

En la residencia yanqui celebraban las medidas de Bush, sin embargo, se hablaba de la posibilidad de un cambio de estrategia para acabar con la Revolución, en caso de que fallaran los planes de la administración Bush, como alguno de los presentes vaticinaba. La Guerra contra la generación histórica estaba perdida, decía uno de los invitados, había que probar otras opciones, el camino de la concertación al modo chileno, por ejemplo, o la transición estilo España.

Francisco Sáenz hablaba de un nuevo camino que debían emprender hombres como Capote, intelectuales, gente de la cultura y la academia, no comprometida con la contrarrevolución tradicional, se manejaron varios nombres y la posibilidad de articular un camino que fuera aceptado por la mayoría del pueblo. Debemos trabajar por preparar las condiciones, para cuando no estén Fidel y Raúl Castro, fue el consenso general.

El “nuevo camino”, trece años después de las medidas de Bush para rendir a Cuba por hambre, regresa al lenguaje de las cavernas en boca de otro presidente: Donald Trump.

Bajo la mirada del águila

De ese primer encuentro se derivaron muchos otros, Kelly Keiderling, por aquel entonces Jefa de Prensa y Cultura de la SINA,  presente en la reunión de casa de Francisco Sáenz comenzó a organizar con Capote,  tertulias que permitieran reunir a intelectuales y artistas no comprometidos abiertamente con la contrarrevolución, el “gancho” sería  debatir temas sobre la realidad cubana.

Katrin Hansing, presentada siempre como amiga de Kelly y condiscípula de la Universidad de Georgetown, tenía la misión de convocar a esas tertulias a un conocido profesor universitario, hoy devenido además en “reformador constitucional”, “propulsor” de cambios constitucionales, etc., incluso de una nueva Constitución,  quien era anunciado como gran amigo de ellas, sobre todo de Katrin. A las reuniones asistían, entre otros, colaboradores y editores de publicaciones religiosas, como Espacio Laical y Vitral.

Aquellas tertulias no dieron el fruto esperado por la baja asistencia de los invitados y por lo comprometedor del lugar, la residencia de Kelly. Surgió la idea de crear una Agencia Literaria, que fuera reconocida por el Ministerio de Cultura, una organización independiente abierta para todos, que permitiera reunir a escritores y artistas para el “intercambio libre de ideas” y así crear la base intelectual necesaria para proyectos futuros.

El Proyecto Génesis

En el 2007 nace el proyecto Génesis, proyecto de la CIA dirigido fundamentalmente a la juventud cubana[1] y los sectores revolucionarios.

Génesis debía dar sus frutos en un periodo calculado entre unos 10 o 15 años y salir a la luz, en un escenario propicio, donde ya no estarían los principales líderes históricos de la Revolución. Las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones e Internet, jugarían un papel fundamental para la promoción de contenidos y para la movilización.

Se debería construir un entramado de líderes plantados en centros económicos, políticos y sociales del país. Acoto como interesante que en el proceso de captación de aspirantes a las becas de liderazgo promovidas por Génesis, se debía priorizar a los cuadros juveniles de la UJC y la FEU en la Universidad.

Estamos hablando de una organización “sembrada” en las universidades, que debía estar integrada por jóvenes estudiantes y profesores, vinculada, mediante programas de extensión universitaria, auspiciados y financiados subrepticiamente por el enemigo, con proyectos artísticos, académicos, culturales y sociales en las comunidades. Con soporte técnico garantizado, en un país que debía tener, como resultado de una intensa guerra cultural, una masa crítica de personas a las que no les interesara la Revolución.

Génesis debía presentarse, como opción nacionalista, nacida no para destruir el socialismo, sino para “modernizarlo”, para enrumbar al país por caminos “actuales” acordes con lo más “granado” del pensamiento europeo y latinoamericano, una tercera vía, que tenía como objetivo central destruir la unidad del país, sembrar la confusión y propiciar el caos.
Un pequeño detalle, esta organización nacionalista, tenía en su organigrama, dos comités uno ejecutivo y uno consultivo, el ejecutivo integrado por cubanos y el consultivo por estadounidenses, no se podía tomar ninguna decisión sin la aprobación del consultivo.

Después de la denuncia

En abril del 2011, como parte de la denuncia pública conocida como Las Razones de Cuba, el engendro no pudo nacer. La base social integrada por jóvenes descreídos no apareció por ninguna parte, se les hizo bien cuesta arriba encontrar líderes y formar a los nuevos cuadros, los jóvenes más valiosos del país, estaban y están con la Revolución.

Se dieron a la tarea de reorganizar el trabajo. Ted Henken en el 2011 realizó una exploración de la blogósfera cubana, identificando posibles aliados, buscó brechas, estudió candidatos. Su cartografía de la blogósfera cubana provocó un fuerte debate en la redes.
Por esta fecha, comenzaron a crearse en el país plataformas digitales con tendencia centrista, administradas por estudiantes, profesores universitarios, profesionales de las comunicaciones, etc.,  vinculados  a cursos financiados por ONG, a programas y becas internacionales, a planes de intercambio académico y otros programas financiados por empresas y medios de prensa privados.

Los ex editores de Espacio Laical Roberto Veiga y Lenier González, fundan la entidad “Cuba posible”; y a solo semanas de fundada “Cuba posible” organizan un gran evento “académico” en los EE.UU. Todo a una velocidad increíble.

El 26 de mayo del 2016 Open Society Foundations acogió en su sede de New York al “Laboratorio de Ideas” Cuba Posible. El evento neoyorquino, financiado por la Fundación Ford y Open Society, versó sobre “los desafíos actuales de Cuba”. La  misma Open Society de George Soros, el millonario filántropo de las Revoluciones de Colores y los Golpes Suaves, el genocida tras telón de Ucrania, Venezuela, etc.

La nueva estrategia del Imperio articuló un brazo mediático, formado por plataformas que promueven una tercera  opción, plataformas a las que buscan sumar líderes intelectuales, periodistas y académicos de nuestras instituciones, atraer a un público cada vez mayor utilizando un lenguaje y códigos atractivos, contenidos que construyen una conexión sensitiva y emotiva con el público.

Usan herramientas popularizadas en el mundo del marketing, como el storytelling, para lograr una mayor empatía con el público.

Ante el fracaso de las viejas fórmulas, ante la derrota de los mejores planes elaborados por los laboratorios de subversión del enemigo, apuestan a mover las hormas de la ideología revolucionaria al centro, sumar los más a la ambivalencia ideológica, cómoda y oportunista y desde una posición de aparente neutralidad socavar los pilares de la Revolución.

Promueven la indefinición ideológica, el abandono de los principios, la falta de compromiso y la inacción política. Se proclaman de izquierda y nacionalistas, permanecen dentro de las instituciones, académicas, culturales, científicas, de los medios de comunicación -a los que denigran y tildan de oficialistas-, pero siempre en contra del Estado Socialista, del Partido Comunista de Cuba y su tradición revolucionaria antimperialista.

Su gran dilema: necesitan una masa crítica de pueblo alejado de los principios de la Revolución y eso no ha ocurrido, la inmensa mayoría del pueblo opta por el camino socialista, junto al Partido Comunista de Cuba, dispuestos a cambiar todo lo que tenga que ser cambiado, menos su alma o desde su alma, el alma soberana de Cuba, forjada en años de experiencia histórica, profundamente martiana y fidelista.

La tercera opción, que es siempre por su esencia, contrarrevolucionaria, ha sido la herramienta más utilizada históricamente cuando los poderosos del mundo sienten que el “piso se les mueve” bajo los pies, cuando necesitan amansar la marea revolucionaria. En Cuba, la ven hoy, dentro de la nueva estrategia imperial, como un plan B posible para derrotar a la Revolución desde dentro, los nuevos autonomistas, que comparten el horror a la “Absoluta”[2] de sus predecesores del XIX, esperan confundir lo suficiente, marear al público desde la cuerda floja, donde se balancean, avanzan y retroceden, según las señas que les hacen desde el norte.

La tercera opción, el centrismo cubano, fue creado en los tubos de ensayo de los centros de subversión del enemigo, sus líderes, reciclados, maquillados ante la difícil tarea de buscar nuevos aliados con cierto valor, se criaron bajo la sombra del águila calva, su esencia les denuncia.

[1] Ver libro Enemigo de Raúl Antonio Capote, editorial José Martí, La Habana, Cuba, 2012.
[2] Independencia Absoluta.

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