jueves, junio 06, 2019

Vidas marcadas por su entrega


Por Sergio Rivero Carrasco
Fotos cortesía de Victoria

“Nuestra fuerza, es la fuerza del pueblo”

Tuviera hoy un arsenal de ejemplos e historias de vida que forman parte de la historia de muchos amigos y de miles de desconocidos, de esos que un día decidieron por convicción estar dispuestos cada día a entregar sus vidas para preservar la de los demás y las conquistas de la Revolución.


Son historias que se inician desde la lucha clandestina en el llano y en la Sierra Maestra antes de que triunfara la Revolución, y que se extienden hasta el último minuto de escribir estas líneas con el pronóstico de que existirán eternamente, porque mientras exista el imperialismo, como bien sentenció Fidel, la defensa de la Patria no podrá ser descuidada jamás.


Les puedo hacer las historias de Hipólito, Ramón, Reyna, Carmen, Carlos Manuel, Randolf, Ortega, Raúl, Alberto, u otras más connotadas como las de Fernando, René, Ramón, Tony o Gerardo, nuestros cinco luchadores antiterroristas o los cinco combatientes de las Razones de Cuba, pero todos constituyen paradigmas por su fidelidad, entrega, sacrificio, desinterés, altruismo y un alto sentido del deber. Son los combatientes del Ministerio del Interior, que convertidos en insomnes vigilantes, aseguran la tranquilidad y la continuidad de esta gigantesca obra social y humana más grande que nosotros mismos: La Revolución.

En este momento de homenaje y de historia salta a nuestra memoria que esa lucha ha sido sin tregua.  Con razón  podemos referirnos hoy a la existencia de veteranos en el Ministerio del Interior, entregarles los reconocimientos y medallas de Servicio Distinguido por sus servicios intachables a la Revolución desde el Ministerio del Interior, puesto que se consagran incesantemente todos los días.


La historia nos recuerda que con el triunfo revolucionario del Primero de Enero de 1959 y la creación del Ministerio del Interior el 4 de junio de 1961, se introdujeron condiciones y conceptos completamente nuevos:  Se establece una identificación total entre la policía y el pueblo, entre la policía y las masas; una identificación de intereses que trasciende a lo político y lo social. Como bien precisaba Fidel, “… una identidad de intereses tanto en la lucha contra el enemigo imperialista, tanto frente a los enemigos de la Revolución ideológicamente y prácticamente, como frente a los enemigos de la ley común, los enemigos del orden, los enemigos de las leyes por motivaciones de cualquier tipo. Esa identificación se produce en todos los órdenes”. Es una particularidad solo de la Revolución cubana.

Y continúa apuntando el Comandante en Jefe: “Esa identificación de los órganos de poder:  de nuestras Fuerzas Armadas Revolucionarias y nuestro Ministerio del Interior con el resto del pueblo, organizado en sus organismos de masas, crea esa fuerza indestructible, crea esa fuerza invencible.  De ahí emana el poder de la Revolución.  Esa es la esencia de las victorias de la Revolución”.

No por gusto el interés imperialista ha sido destruir la Revolución y dividir a los cubanos, porque están conscientes de que la mayor fortaleza de la Revolución está en su indestructible unidad, en ese principio de principios que liderados por el Partido, une al Gobierno, las leyes y al pueblo en función de alcanzar objetivos comunes, bien estructurados en la Conceptualización del Modelo Económico y Social Cubano de Desarrollo Socialista; las bases del Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta el 2030: Visión de la Nación, Ejes y Sectores Estratégicos; así como nuevas modificaciones a los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución., que constituyen la estrategia y camino para alcanzar una sociedad más sostenible y sustentable, será posible también con la integración de todos los factores entre los que se encuentra el Ministerio del Interior.

No existe una tarea en la que el Ministerio del Interior pueda estar ajeno; sus miles de combatientes desde sus filas o como ciudadanos comunes que se desenvuelven en sus centros de trabajo o estudio, se entregan las 24 horas y los 365 días a la defensa de la Patria. 

Cuando la mayoría duerme y descansa, una parte de ellos, con los ojos bien abiertos aseguran la tranquilidad, evitan o mitigan el delito y la corrupción, entregan los bienes robados a sus dueños en la comunidad, se enfrentan a las actividades contrarrevolucionarias que financian los enemigos desde afuera, evitan o sofocan los incendios, atienden a los menores en familias disfuncionales, las inquietudes de la población, la defensa y la seguridad general, entre otras importantes misiones.


Sintámonos hoy honrados por contar con esa estirpe de cubanos, que codo con codo junto a todo el pueblo hacen posible que Cuba marque la diferencia en relación a cómo vive el mundo hoy aun arreciándose las medidas imperialistas; un mundo turbulento y marcado por la muerte y los enfrentamientos en calles y ciudades. Como integrantes de este pueblo heroico, debemos sentirnos orgullosos por contar con mujeres y hombres de alta estirpe y valía, integrantes del Ministerio del Interior, que desde hace hoy 58 años, viven con el brillo en los ojos, honrados por estar dispuestos cada día a entregar la vida con devoción.


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