La derecha internacional anda revuelta. La decisión soberana de Venezuela de
iniciar el camino de su retirada de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos ha activado una campaña más contra el gobierno bolivariano. La
acusación de presunto “Estado forajido” es repetida hasta la saciedad en
los medios anti Chávez. Llama la atención que el portavoz del
Departamento de Estado, Mark Toner, se apresuró a calificar la decisión
de Venezuela como “muy lamentable”, cuando ni los Estados Unidos ni
Canadá reconocen en la CIDH autoridad para juzgar sus propias
violaciones a los derechos humanos.
Como recuerda Luis Britto García en este artículo, sin embargo,
Estados Unidos figura entre los principales financistas de la CIDH. El
viejo adagio de que “el que paga manda” parece cumplirse al dedillo en
la actitud de la Corte respecto a Venezuela. Estas son las preguntas y
respuestas para poner el tema en contexto, e ir más allá de lo que, a
primera vista, dicen las manipulaciones en torno al tema.