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sábado, septiembre 01, 2012

Gracias Clint, ¡me has alegrado el día!

El show de Clint Eastwood eclipsó a Romney y desató una lluvia de críticas de Hollywood.
El show de Clint Eastwood eclipsó a Romney y desató una lluvia 
de críticas de Hollywood.
Por Michael Moore
The Daily Beast
Traducido por TraduccionesPi

Michael Moore sobre el discurso ilusorio de Clint Eastwood en la convención nacional republicana

La leyenda de Hollywood gruñendo a una silla vacía perdurará como el momento infame en que un señor mayor secuestró la reunión más importante de un partido nacional para regañar al Presidente.

Habló anoche con un Obama invisible en una actuación que parecía escrita por Timothy Leary* e interpretada por Cheech & Chong. Clint Eastwood envío al hogar de millones de espectadores el mensaje central de la convención nacional republicana de este año: Somo ilusos y estamos al margen de la realidad, ¡vótanos!

martes, agosto 21, 2012

Wikileaks y la Libertad de Expresión

Por Michael Moore y Oliver Stone
Tomado de Cambios en Cuba


Nuestra profesión como cineastas hemos defendido que los medios de comunicación en los Estados Unidos fracasan con regularidad en informar a los estadounidenses sobre las desagradables acciones de nuestro propio gobierno. Por consiguiente, estamos muy agradecidos con los logros de WikiLeaks, y aplaudimos la decisión de Ecuador de conceder asilo diplomático a su fundador, Julian Assange, quien vive actualmente en la embajada ecuatoriana en Londres.

Ecuador ha actuado según los principios de los derechos humanos internacionales. Además, lo apropiado de la decisión del gobierno ecuatoriano se demuestra en la reacción del gobierno británico al amenazar con violar los sacrosantos principios de las relaciones diplomáticas e invadir así la embajada para arrestar a Assange.

viernes, julio 27, 2012

Son las armas, pero no sólo las armas

Por Michael Moore

Amigos:

Desde que Caín enloqueció y mató a Abel, siempre ha habido humanos que por una razón u otra pierden la cabeza en forma temporal o definitiva y cometen indecibles actos de violencia. Durante el primer siglo de nuestra era, el emperador romano Tiberio gozaba despeñando a sus víctimas desde un risco en la isla de Capri, en el Mediterráneo. Gilles de Rais, caballero francés aliado de Juana de Arco en la Edad Media, se volvió loco un día y acabó asesinando a cientos de niños. Apenas unas décadas después Vlad el Empalador, en Transilvania, tenía innumerables modos horripilantes de acabar con sus víctimas; en él se inspiró el personaje de Drácula.

En tiempos modernos, casi en toda nación hay un sicópata o dos que cometen homicidios en masa, por estrictas que sean sus leyes en materia de armas: el demente supremacista blanco cuyos atentados en Noruega cumplieron un año este domingo; el carnicero del patio escolar en Dunblane, Escocia; el asesino de la Escuela Politécnica de Montreal, el aniquilador en masa de Erfurt, Alemania… la lista parece interminable. Y ahora el tirador de Aurora, el viernes pasado. Siempre ha habido orates y siempre los habrá.

lunes, diciembre 19, 2011

El hombre de Túnez, el movimiento de Wall Street y el soldado que prendió la mecha


Occupy en Washington. Foto: Scott Galindez
Occupy en Washington. Foto: Scott Galindez

Michael Moore
Michaelmoore.com
Traducción para Rebelión de Susana Merino

Es sábado por la noche y no quisiera que terminara el día sin antes mandarles esta carta. Hace hoy un año (17 de diciembre) Mohamed Bouazizi, un hombre que solo tenía un simple puesto de venta en Túnez, se incendió a sí mismo para protestar contra la represión de su gobierno. 

Ese singular sacrificio encendió una revolución que derrocó al dictador de Túnez y lanzó revoluciones contra los regímenes de Medio Oriente. Hacen hoy tres meses que se inició Ocupar Wall Street con la ocupación del parque Zucotti. Este movimiento contra la codicia de las corporaciones estadounidenses y sus bancos - y el dinero que ahora controla la mayor parte de nuestras instituciones democráticas - se ha difundido rápidamente por cientos de ciudades de los EE.UU. La mayoría de los estadounidenses está ahora de acuerdo en que una nación en la que 400 billonarios concentra mayores riquezas que la de un conjunto de 160 millones de estadounidenses no es el país que quisiéramos que fueran los EE.UU. El 99% está rebelándose contra el 1% - y ya no hay marcha atrás.