Saúl Landau
viajó a Cuba por primera vez en la primavera de 1960 y aquí estuvo
hasta entrado el otoño. Luego ha seguido viniendo a Cuba… y helo
aquí una vez más.
Lo conocí en ese período inicial de la revolución cubana como el
más brillante entre los muchos jóvenes estadounidenses que se
movilizaban para apoyar a la revolución cubana
frente a la hostilidad de su propio gobierno y se identificaban con los
jóvenes dirigentes cubanos. En mi recuerdo, relaciono a Saúl con la
casa editora Monthly Review, de Nueva York, con la que se vinculaban
muchos jóvenes intelectuales marxistas estadounidenses de la época.