Desde que se dio a conocer el crecimiento del Producto Interno Bruto cubano en 11,8, se ha suscitado una fuerte polémica entre entendidos en la materia por un lado y por otro entre neófitos costumbristas de la crítica a ultranza y en los que la incredulidad no les deja espacio ni para tener confianza en sí mismos.
Tal es el caso de esta polémica llena de fundamentos sanos que no necesitan tanto argumento y sí tener ojos sanos y mente fresca para apreciar con sabiduría y placer cuánto se hace en nuestro país por la felicidad de los cubanos y esas acciones y programas sociales, en nuestras concepciones, también forman pare del PIB.
La esencia de la vocación social de nuestra Revolución significa beneficios y desarrollo para amplios sectores, lo que se fundamenta en el 11,8 por ciento de crecimiento de la economía durante el 2005, algo que en realidad resulta sorprendente si se tiene en cuenta la situación que presenta la región en que habitamos.
Se destaca que los servicios aportan más de las tres cuartas partes del Producto Interno Bruto y este es un resultado histórico, lo logrado se basa en criterios de sustentabilidad y que, particularmente, se propició el desarrollo del capital humano, elemento estratégico en el accionar de la Revolución desde el mismo momento del triunfo en enero de 1959.
Al decir del Comandante en Jefe, ese es el capital que no se extingue, que las reservas son ilimitadas y que se multiplica por día. Ejemplo de ello son la formación de profesionales en todas las especialidades, la explosión que ha tenido este año la educación superior con el crecimiento de su matrícula casi tres veces en las Sedes Universitarias Municipales y el acceso a la obtención de grados científicos, entre otros.
También la estrategia económica aplicada desde el pasado año incluyó la adopción de medidas graduales como parte del Programa Energético Integral que aportaron resultados claves, entre las que se encuentran la introducción de grupos electrógenos, la distribución de los bombillos ahorradores y las ollas en los hogares cubanos.
Como resultados de gran impacto tenemos el fortalecimiento de nuestro peso y el peso convertible, el dólar fue retirado de la circulación y más de cinco millones de hombres y mujeres recibieron un incremento en sus pensiones y salarios al nivel del país.
Otro resultado en la aplicación de medidas graduales se encuentra el tema del transporte beneficiándose el interprovincial de pasajeros con la llegada de 200 de los 1 000 ómnibus contratados a China. La entrada de las 12 nuevas locomotoras chinas de última generación que dará un vuelco al transporte ferroviario que ya venía remodelándose con el rescate de los carros para el transporte de mercancías y otras locomotoras.
Para la Isla de la Juventud también ha tenido un fuerte impacto con la llegada de un nuevo Catamarán que cubre la ruta Nueva Gerona-Batabano y viceversa y ya está a punto de culminar otra embarcación similar que completará el parque necesario para satisfacer las necesidades de los pineros.
El crecimiento del país se produjo en una coyuntura excepcional, se enfrentaron fenómenos naturales de gran magnitud, como huracanes, y hubo que contrarrestar los efectos de una sequía sin precedentes que azotó a gran parte del territorio nacional.
Se ha dicho que entre los propósitos para el 2006 están el que las obras crezcan en un 72 por ciento, con el mayor peso para las de la Batalla de Ideas y la Vivienda; además, se espera que arriben alrededor de 2,5 millones de turistas a la nación, lo que permitiría un crecimiento de los ingresos del sector a un 8,1 por ciento.
Cuba estará en condiciones de crecer a un ritmo de un 10 por ciento anual, a partir de las tendencias endógenas reflejadas en los diferentes sectores de la economía”.
No se trata de números fetichistas, sino aportes concretos en salud y educación —no solo para Cuba, sino también para el mundo—; contribuciones en las ciencias, la seguridad social, y en sensibles sectores como el transporte, el turismo, la construcción y la producción de alimentos.
Lo más importante para los cubanos es que comienzan a perfilarse soluciones reales y se crean condiciones para la superación de las dificultades existentes. Nuestro crecimiento no es como el promovido por el neoliberalismo, para los cubanos el 11,8 significa mejor calidad de vida porque aquí se conjuga el crecimiento económico y el bienestar social.
Si no lo cree, lo invito a comprobarlo.
Sergio Rivero Carrasco
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