"Por una sociedad conectada con la Naturaleza", promueve este año la celebración |
Fotos: Archivo e Internet
Arribar al Día Mundial por la protección del Medio Ambiente
comprime el corazón, conociendo todas las acciones que en contra de él pululan
por doquier a la vista de todos: gobiernos, científicos, gobernantes, personas
naturales y jurídicas, todos irresponsables como lo ha hecho en los últimos
días el Presidente Trump al negarse a firmar el Acuerdo para enfrentar el Cambio
Climático en París, acción que ha
provocado el aislamiento de Estados Unidos y decepción al mundo. Los expertos
apuntan que esa estrategia es “una tapadera para su propia inacción” motivada
por su “total falta de compromiso con el tema del clima”.
El hecho de firmarlo no solo presupone continuar violándolo,
sino estar en capacidad de realizar acciones más agresivas que hagan peligrar
hasta la propia existencia de nuestra especie.
Queremos un Medio Ambiente sostenible, limpio de gases
tóxicos, de emisiones constantes a la atmósfera que atacan directamente a
nuestros pulmones y producen enfermedades respiratorias amenazantes directas de
la salud, queremos una sociedad conectada con la naturaleza, que aprenda a
disfrutar de sus bondades y que la preserve para el bien de todos. Ese es el objetivo
que persigue la celebración del 2017.
Por las razones antes expuestas es que las Naciones Unidas, conscientes
de que la protección y el mejoramiento del medio humano es una cuestión
fundamental que afecta al bienestar de los pueblos y al desarrollo económico
del mundo entero, designaron el 5 de junio desde 1974, como “Día Mundial
del Medio Ambiente”, que como plataforma mundial de divulgación pública con
amplia repercusión universal, nos brinda la oportunidad de ampliar las bases de
una opinión pública bien informada y de una conducta de los individuos, de las
empresas y de los colectivos inspirada en el sentido de su responsabilidad en
cuanto a la conservación y la mejora del medio.
Cuba, como país firmante, y serio en el cumplimiento e sus
compromisos, tiene bien claras
las condicionantes que deciden el desarrollo
económico-social del país y ha tenido en cuenta esos elementos en los que se inscriben
en el Plan de desarrollo Económico Social hasta el 2030, aprobado en el VII Congreso del PCC y discutido pormás de un millón de cubanos.
Son decisivas en él, la educación, la salud, la ciencia, la
tecnología e innovación, la cultura y la comunicación social, así como la protección
de los recursos y el medio ambiente, entre otras dimensiones del desarrollo.
El objetivo estratégico
del Modelo es impulsar y consolidar la construcción de una sociedad socialista
próspera y sostenible en lo económico, social y medioambiental, comprometido
con el fortalecimiento de los valores éticos, culturales y políticos forjados
por la Revolución, en un país soberano, independiente, socialista, democrático,
próspero y sostenible.
La sostenibilidad del
socialismo está asociada al desarrollo, y requiere ritmos y estructuras de
crecimiento de la economía que aseguren la prosperidad con justicia social, en
armonía con el medio ambiente, la preservación de los recursos naturales y el
patrimonio de la nación, el cual expresa en su letra:.
“El Estado continuará impulsando el funcionamiento y fortalecimiento de
los programas integrales de protección del medio ambiente, con acciones
dirigidas a la gestión de las cuencas hidrográficas, los macizos montañosos, la
diversidad biológica; la lucha contra la desertificación y la sequía; la
reducción de la contaminación y la educación ambiental, a lo que se deberá
sumar la adopción de nuevos incentivos y sanciones económicas y la aplicación
de mecanismos eficaces de supervisión y fiscalización ambiental a todas las
formas de gestión económica, de manera que se alcance un desarrollo ecológicamente sustentable, socialmente justo,
equilibrado y económicamente sostenible.
“Asimismo, promoverá el establecimiento del
conjunto de políticas para la gestión eficaz de riesgos y la adaptación del
país al cambio climático, la eficiencia energética y el desarrollo de fuentes
renovables de energía; el impulso de mecanismos de información y participación
ciudadana, y la educación ambiental en todos los niveles de enseñanza. Se
tendrá en cuenta, de manera especial, el carácter político del desafío
ambiental, a nivel internacional”.
En consonancia con lo
anteriormente expuesto, durante su reciente visita de trabajo a la Isla
de la Juventud, la viceministra de
Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA) América Santos Rivera, expresó los positivos resultados manifiestos la Isla de la
Juventud para mitigar los efectos del cambio climático, por las nocivas
consecuencias que este produce al poner en peligro la propia existencia del
hombre.
Explicó
que “este territorio tiene el potencial necesario para enfrentar la tarea Vida, rectorada por el CITMA, con la
identificación de sus vulnerabilidades, claridad de cómo disminuir los niveles
de contaminación, lo que debe aportar la Universidad a la actividad científica,
y las acciones de los organismos que tributan al cuidado del medio ambiente de
forma coordinada”.
Como
parte de su accionar, se empeñan en el control y supervisión de los estudios en
curso para evitar la contaminación de las fuentes fluviales y otros proyectos
que garantizarán la protección del
entorno natural, como la erosión de los suelos, la intensidad
de los huracanes,
la sequía, las intensas lluvias, el aumento de la temperatura media y del nivel
del mar, las que constituyen algunas de las afectaciones que sufrimos por el cambio
climático.
Todas
esas acciones quedan solo en la intención, si no logramos que en realidad cada
cubano se conecte con la naturaleza, la estudie, interactúe con sus bondades y
le ofrezca la protección que necesita para que siga aportando salud y bienestar
a todos.
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