Por Sergio Rivero Carrasco
Hoy 3 de junio es su cumpleaños. Hoy es un día especial para los revolucionarios cubanos; hoy Raúl cumple 86 años para el bien de todos y continúa disparando fidelidad.
Él, fiel hasta el tuétano, toma de la mano el corazón y las enseñanzas
de su entrañable hermano Fidel y después de un largo camino de
innumerables batallas por la felicidad de un pueblo aferrado a ser libre
y próspero, el 19 de abril del 2013, al clausurar el VI Congreso del
Partido, ya en el cargo de Primer Secretario del Comité Central, nos
regala una cascada de razones que lo moralizan ante su pueblo y del
mundo:
“En lo que a mí respecta, asumo mi última tarea, con la firme convicción y compromiso de honor de que el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba tiene como misión principal y sentido de su vida: defender, preservar y proseguir perfeccionando el Socialismo y no permitir jamás el regreso del régimen capitalista”.
Pero ese hombre de carne y hueso, entregado desde la pubertad a la lucha revolucionaria, al decir de Asela de los Santos “Raúl siempre ha encontrado tiempo para atender a su familia y preocuparse por la educación de sus hijos que, ya adultos, son personas trabajadoras, responsables, sencillas y de gran calidad humana. Raúl y Vilma, formaron sus hijos desde sus valores y ejemplos personales.
Hablar de Raúl con respecto a su familia es imposible sin aludir a Vilma, figura imprescindible en la historia y en la obra de la Revolución. Vilma, a quien Raúl admiró desde que la conoció y después amó. Vilma, la combatiente clandestina, la insurrecta del alzamiento del 30 de noviembre de 1956, la guerrillera en la Sierra y la protagonista, a partir de 1959, de la revolución que se produjo dentro de la Revolución por la emancipación e igualdad de la mujer."
Hoy, cuando el reloj de tiempo anuncia su 86 campanazo, lo vemos cada día más cercano, más líder, más integro, más familia, por eso me atrevo a enviarle este mensaje de respeto, cariño y fidelidad a él y a la obra que junto al pueblo también ha edificado: La Revolución.
“En lo que a mí respecta, asumo mi última tarea, con la firme convicción y compromiso de honor de que el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba tiene como misión principal y sentido de su vida: defender, preservar y proseguir perfeccionando el Socialismo y no permitir jamás el regreso del régimen capitalista”.
Pero ese hombre de carne y hueso, entregado desde la pubertad a la lucha revolucionaria, al decir de Asela de los Santos “Raúl siempre ha encontrado tiempo para atender a su familia y preocuparse por la educación de sus hijos que, ya adultos, son personas trabajadoras, responsables, sencillas y de gran calidad humana. Raúl y Vilma, formaron sus hijos desde sus valores y ejemplos personales.
Hablar de Raúl con respecto a su familia es imposible sin aludir a Vilma, figura imprescindible en la historia y en la obra de la Revolución. Vilma, a quien Raúl admiró desde que la conoció y después amó. Vilma, la combatiente clandestina, la insurrecta del alzamiento del 30 de noviembre de 1956, la guerrillera en la Sierra y la protagonista, a partir de 1959, de la revolución que se produjo dentro de la Revolución por la emancipación e igualdad de la mujer."
Hoy, cuando el reloj de tiempo anuncia su 86 campanazo, lo vemos cada día más cercano, más líder, más integro, más familia, por eso me atrevo a enviarle este mensaje de respeto, cariño y fidelidad a él y a la obra que junto al pueblo también ha edificado: La Revolución.
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