Por Sergio I. Rivero Carrasco
Hay
hombres que vienen al mundo para hacer el bien, y contribuir a multiplicarse en
muchos hombres, a conducir tras de sí a otros muchos y emprender grandes obras
de beneficio común con entereza, entrega, hidalguía y una especial jovialidad y
fortaleza de espíritu.
Parece
que el 15 de febrero está signado en el calendario de la historia para traer a
la vida hombres-luz. Es así que en un modesto hogar en La Larga, zona rural
perteneciente a Zaza del Medio, en la antigua provincia de Las Villas,
perteneciente hoy a Sancti Spíritus, nació Faustino Pérez Hernández en esa
misma fecha de 1920, signado hoy por su centenario.
Humilde campesino con diez hijos, José Demetrio Pérez Leal, inmigrante
canario y padre de Faustino, tuvo que sacarle con sus manos y sudor a la tierra
ajena el sustento para sí y la vasta familia, en busca de mejores posibilidades
de vida en una época marcada por el desalojo, un fenómeno común en la época que
el propietario de tierras utilizaba para deshacerse de los que trabajaban en
sus terrenos, entre otras cosas, para aprovecharlos y apoderarse de cosechas y
productos gratuitamente. Ese espíritu incansable de laboriosidad y
enfrentamiento a la vida, también marcarían al joven Faustino para su desempeño
posterior.
Se ha publicado por sus biógrafos, que siendo muy joven aun, con la
lectura de La Historia me Absolverá, acabó de consolidar su coincidencia con
los ideales y objetivos expuestos allí por Fidel, lo cual motiva a un
acercamiento más profundo al grupo moncadista. Así se va convirtiendo en un
asiduo visitante del apartamento de la calle Jovellar donde vivían Melba
Hernández y Haydée Santamaría, intercambio que contribuyó a consolidar sus
principios revolucionarios y concientizar en la necesidad de la lucha parar
transformar las bases de la nación.
Ubicado entonces para entonces en la vanguardia revolucionaria cubana como
parte en la Dirección Nacional del Movimiento Revolucionario 26 de Julio
(M-26-7) desde su fundación el 12 junio de 1955; ya el 5 de diciembre tiene
el bautismo de fuego en Alegría de Pio no solo defendiéndose bravamente con su
pistola ametralladora, sino prestando auxilio a los heridos dondequiera
que se encontraban, como médico combatiente. En Cinco Palmas recibe Faustino el
encargo de llevar a las ciudades la noticia de que Fidel vivía y el núcleo
guerrillero proseguiría la lucha y a vez llevar a la Sierra a periodistas que
pudieran dar alcance nacional e internacional a la información. para
contrarrestar la desinformación oficial de que Fidel y sus compañeros
expedicionarios habían muerto todos.
Los
que tuvieron la especial oportunidad de compartir parte de su vida y obra
guardan imborrables recuerdos de su personalidad y han sentido de transmitir a
las generaciones más jóvenes esas páginas heroicas e imborrables que marcaron
sus días, dedicadas con especial devoción al triunfo de la causa revolucionaria
primero y al avanza del socialismo una vez alcanzado el triunfo definitivo con
la guía de Fidel, al cual acompañó de manera incondicional en momentos
difíciles de la Patria.
Tras el triunfo de la Revolución, Faustino Pérez integra el primer
Gobierno Revolucionario, nombrándosele Ministro de Recuperación de Bienes
Malversados (MRBM). En menos de seis meses de trabajo recuperó veinte millones
de pesos en efectivo y cincuenta millones en bienes materiales,
llegando a 400 millones a fin de año, los que fueron utilizados para encauzar
la Reforma Agraria. La experiencia acumulada y los éxitos obtenidos por
Faustino al frente de la Administración Civil del Territorio Liberado y su
preparación médica coadyuvan al planteamiento de una nueva misión a inicios de
1960: la organización del Servicio Médico Rural en la Sierra Maestra, actividad
que acomete con ímpetu y entrega, y desarrolla exitosamente.
En 1962 organizó el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos y
emprendió la Revolución Hidráulica en Cuba con la construcción de presas,
micro-presas y pequeños embalses para utilizar el agua en favor del desarrollo
del país; así participó en la inauguración de la Presa Viet-Nam Heroico en la
Isla, citado varias veces por Fidel en su discurso como ejemplo de cuadro
disciplinado y emprendedor.
Así ocupó altas responsabilidades en el Partido y
el Gobierno, como Secretario del Comité Regional del Partido en Sancti
Spíritus, Embajador de Cuba en Bulgaria, Miembro del Comité Central del Partido
Comunista de Cuba desde su constitución y Diputado a la Asamblea Nacional del
Poder Popular y Jefe de la Oficina de Atención a los Órganos Locales del Poder
Popular, adscrita al Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros y ya con 70 años
solicitó y asumió la dirección de un programa de desarrollo agropecuario y
social en la Ciénaga de Zapata.
Una
vida entregada a la Revolución con una entrañable fidelidad a su máximo líder,
que sentó academia y liderazgo como cuadro con métodos y estilos de trabajo partidistas
en constante vinculación con el pueblo, consciente de que éste necesitada del
trato amistoso, del oído cercano y los dirigentes en su zapato para poder
evaluar con justo sentido humano sus problemáticas y con esa misma sensibilidad
emprender la solución.
A la
altura del centenario de su natalicio y una ejemplar historia de vida, alcanza
una gran dimensión para las más jóvenes generaciones, porque sigue presente en
cada empeño del proyecto social que también inició junto a Fidel, y salta en mi
memoria aquella sabia y elocuente frase del Comandante Pedro Miret en el sepelio de Faustino el 12 de diciembre de
1992 cuando lo caracterizó ante su tumba como “humilde y desafiante”, integrando
estos valores al sentido humanista de la vida que él poseía con ternura y
firmeza inigualables.
No hay comentarios:
Publicar un comentario