Después de varios días leyendo un sinfín de opiniones expresadas por los
cibernautas en las redes sociales, sobre todo en Facebook, escenario en el que
se produjo un fuerte debate entre el sí
y el no acerca de la decisión del Gobierno cubano de, en gesto solidario y
humanista, acceder a la solicitud del gobierno británico de aceptar la entrada
del crucero MS Braemar, no queda dudas de la justeza de la decisión y que se
obró con toda prudencia demostrando una vez más la grandeza de esta pequeña
Isla.
En uno de las etiquetas divulgadas tácitamente se expresaba: “La solidaridad de los cubanos brota del
corazón y circula por las venas como la propia sangre”. Cuánta razón en esa
expresión porque en realidad somos un pueblo solidario hasta el tuétano y nos
viene por herencia. En ocasiones pensamos más en el vecino o compañero de
trabajo o estudio que en nosotros mismos cuando de una emergencia se trata,
precisamente como la que traigo a colación, porque es una gran emergencia.
La atinada decisión, a mi modo de ver, no bien aceptada por otros que
sin conocer incluso la forma y medidas de extrema seguridad en que se
realizaría la operación, comenzaron a decir improperios tildando de
irresponsable y desastroso al gobierno cubano y a las autoridades, acusándolo
de “ver más al extranjero que al pueblo” además de que los grandes
medios de prensa adversos a la Revolución y sus mercenarios en las redes, repiten
argumentos indeseables y que aquí gobierna el diablo.
Sin embargo, el Gobierno Británico y las personas sensatas, que han
sabido ubicarse en el “zapato del otro” y pensar que uno de los pasajeros o
tripulantes podrían ser su familia, han felicitado y agradecen sobremanera la
decisión, dando muestras de amor, aceptación, energía positiva y seguridad de
éxito a este gesto humano precisamente cuando muchos países se negaron y otros
cierran sus fronteras a otros en situaciones de riesgo.
Pero es que en estos tiempos convulsos de amenazas constantes de
conflictos por parte de las grandes potencias, de invasión de un virus
prácticamente desconocido al que un medicamento precisamente cubano el "Interferón
alfa-2b”, vinculado a otros medicamentos,
hasta ahora, es el que ha tenido un efecto positivo en la cura de la enfermedad,
probado ya en China y otros países europeos, y por supuesto Cuba.
Ese gesto solidario fue posible precisamente porque el gobierno cubano
ha reforzado y continúa aplicando el plan preventivo en fronteras para evitar
que penetre o se difunda una cadena del virus, además que se han creado las
condiciones higiénico sanitarias y de la atención primaria, secundaria y
especializada en todo el país para dar tratamiento a la población que presente
síntomas de enfermedades respiratorias y con mayor prioridad a las que han
constituido parte de la cadena de relaciones de los infectados que por suerte,
se mantienen aislados y asintomáticos según han informado las autoridades del
Ministerio de Salud Pública.
Cuba pudo salvarse de muchas agresiones yanquis y de la problemática que
ocasionó el período especial, los desastres provocados por los huracanes y el
terremoto de La Habana el pasado año, gracias a la solidaridad y apoyo de otras
naciones en su momento ha sido posible enfrentarlos y vencerlos.
Por las razones expuestas y por ética revolucionaria, el país ha desarrollado una vocación
solidaria e internacionalista en todas las esferas, y especialmente en la salud
que la erige como única en el mundo al contar con profesionales consagrados con
alto valor científico y profundamente humanos. Es la solidaridad desarrollada al
compartir lo poco que tenemos a pesar del bloqueo, la que nos ha permitido
abrir el corazón, entregar su energía positiva y como dijo el internauta, hacer
que corra por nuestras venas como si fuera la sangre misma.
Con tranquilidad, serenidad y extrema seguridad Cuba encamina hoy su
estrategia para mitigar los efectos que pudiera causar el Covid-129 a nuestro
pueblo y al país en su conjunto, ofrece y realiza ayuda a otras naciones para
enfrentar la pandemia como lo hizo con el cólera y el ébola, convencida de que
la solidaridad continúa siendo una de las vacunas más eficaces hoy para detener
y acabar con el Covid-19. Y me permito reproducir la frase divulgada en
Facebook por el colega Noel Otaño parafraseando un titular de Cubadebate: “Al salvarse, salva. ¡Viva
Cuba, Carajo!”.
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