Por
Sergio I. Rivero Carrasco
Si
en otras ocasiones la humanidad había tenido consideración a los trabajadores
humanitarios, este 2020 caracterizado por una pandemia global de la COVID-19 y
su lógica crisis humanitaria y económica, ellos han pasado a ser los verdaderos
héroes de la COVID-19, ya que su labor y entrega desafiando la vida por la
vida, han hecho posible que millones de personas en el mundo hayan vencido a la
muerte y hoy, aunque con secuelas, muchos de los cuales puedan disponerse a
cumplir sus sueños; son estas suficientes razones para que este año la
celebración se dedique a los VALIENTES que enfrentan la pandemia en todos los
ámbitos.
Nuestro
país ha sido paradigma de la asistencia humanitaria con su labor solidaria e internacionalista
en el campo de la salud que ya cumple más de una treintena de años que ya
abarca a más de 54 países, tanto con las Brigadas especializadas en temas de
desastres “Henry Reeve”, como la “Che Guevara” que labora en Venezuela combatiendo
a la COVID-19 junto a los profesionales de la salud que cumplen honrosa misión así
como en otros confines del planeta, esos inhóspitos sitios donde los yanquis
llevan bombas, Cuba lleva a sus médicos.
No
todos los países del mundo cuentan con ese beneficio social e institucional
dadas las políticas neoliberales alejadas de las verdaderas necesidades de los
pobladores, una buena parte de ellos sin acceso a las instituciones y los
profesionales despojados de los medios necesarios para su protección, motivo
por el cual muchos de ellos han entregado sus vidas.
Fue
el 19 de agosto del 2003 cuando se produjo un brutal atentado terrorista contra
la sede de las Naciones Unidas en Bagdad (Iraq) que se cobró la vida de 22
personas, entre ellas el enviado de la ONU Sergio Viera de Mello. En memoria de
ese horrendo crimen en diciembre de 2008 la Asamblea General
declaró el 19 de agosto como el Día
Mundial de la Asistencia Humanitaria.
En
la Isla de la Juventud contamos con miles de trabajadores de la salud que en
diferentes ámbitos han enfrentado a la pandemia y junto a ellos, a cientos de
estudiantes, profesores, trabajadores de diferentes sectores, integrantes de
las organizaciones políticas y de masas que, como activistas del pueblo, se han
ubicado en zonas de cuarentena, han apoyado a las familias y asegurado la
higienización de los barrios desafiando también la COVID-19.
Como bien se ha explicado por diferentes medios, entre ellos la Organización Mundial de la Salud, en esta ocasión la humanidad debe dar un "gracias" a las personas que dedican sus vidas a ayudar a los otros, incluso en las circunstancias más extremas para seguir dedicándose a salvar y proteger vidas a pesar del conflicto, la inseguridad, la dificultad para acceder a los que los necesitan y los riesgos relacionados con el COVID-19.
Es
esta ocasión propicia para resaltar las historias personales e inspiradoras de
los trabajadores humanitarios, de los que brindan alimentos a las personas más
vulnerables, los que proporcionan espacios seguros para las mujeres y niñas
durante los confinamientos, los que asisten en los partos y los que trabajan en
campos de refugiados con inusitados peligros en el contexto de la pandemia de
COVID-19.
No hablamos de los súperhéroes de las leyendas que entusiasman con
acciones fantásticas. Hablamos de héroes de nuestro mundo, aquí y ahora, tan
dignos de admiración y fascinación como los superhéroes, porque son reales: Son
los que han escogido brindar asistencia en las circunstancias más extremas
brindándonos histoprias conmovedoras y profundamente humanas mostrando su
capacidad extraordinaria de perseverar la vida de sus semejantes a pesar de los
obstáculos con extrema humildad y dedicación.
Las redes sociales son también un ámbito donde podremos homenajearlos
con mensajes de aliento y saludación, de reconocimiento y admiración con el uso
de las etiquetas dedicadas a ellos: #DíaMundialdelaAsistenciaSanitaria, #HeroesEnLaVidaReal, #RealLifeHeroes,
#HéroesSinCapa
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