No por brutal, torpe y esperada dejó de indignar la noticia de que una jueza yanki del Distrito Sur de la Florida, denegó a René González, héroe antiterrorista cubano, después de cumplir la sentencia injusta que le impusieron, el derecho a regresar al seno de su familia en Cuba.
Luego de 13 años de cruel e inmerecida prisión, el gobierno de Estados Unidos —que engendró monstruos como Posada Carriles y Orlando Bosch, quienes como agentes de la Central de Inteligencia yanki hicieron estallar en pleno vuelo un avión cubano repleto de pasajeros— obliga a René a permanecer en esa nación, donde quedará a merced de asesinos impunes durante tres largos años bajo un calificado régimen de “libertad” supervisada. En prisión injusta y vengativa continuarán por largos años de confinamiento otros tres héroes cubanos, y uno más condenado a prisión perpetua por dos veces. Así responde el imperio al creciente reclamo mundial por la libertad de los mismos.