Por Ernesto Carmona
Noticia Censurada número 17
La deuda crediticia de los estudiantes de Estados Unidos superó el
billón de dólares en abril 2012. Los medios corporativos divulgaron este
aumento, pero subestimaron su significación e ignoraron una solución
prometida. La deuda del crédito a los estudiantes para cursar sus
carreras es el único tipo de deuda por préstamos al consumidor que
aumenta substancialmente desde 2008.
La amenaza de una quiebra masiva (default) de los préstamos
estudiantiles requiere otro apoyo urgente del gobierno-contribuyente
ante un riesgo sistémico tan serio como el fracaso de los bancos en
2008, que casi llevó al colapso total a la economía de Estados Unidos.
La Reserva Federal debería introducir un nuevo programa de ayuda para
liberar para los estudiantes con deuda, que podría estimular la economía
en magnitud similar a la del GI Bill, un programa de becas
condicionadas al enrolamiento en el Ejército.
“El Préstamo Estudiantil por un billón de dólares fue un pésimo
negocio financiero (Rip-Off): Cómo una generación entera fue engañada
para asumir una deuda aplastante que sólo enriquece a los bancos”, dice
el titular de un artículo de Alex Pareene publicado en Alternet, 20 de
octubre 2011. “Los jóvenes aceptaron una penosa hipoteca por la deuda
sobre la base de falsas promesas, antes de que alguna vez tuvieran un
ingreso regular”. Salvo la colosal suma de un millón de millones de
dólares, título y subtítulo serían perfectamente validos hoy en Chile
-como en muchos otros países- donde los jóvenes luchan por el término
del lucro en la educación superior, bancario y corporativo, y la
segregación como pilares de la educación universitaria y secundaria, y a
la vez reclaman que el Estado reasuma la responsabilidad de educar.
Esta noticia prácticamente ignorada por los grandes medios de información fue rescatada por Proyecto Censurado
de dos publicaciones independientes, Alternet y Yes! Magazine. La deuda
de los estudiantes hoy más que duplica la deuda de tarjetas de crédito,
que el acreditado periodista Felix Salmon estimó en cerca de 550 mil
millones de dólares. La cuestión es que la deuda total de los préstamos
estudiantiles aumenta a medida que otras deudas decrecen, mientras la
morosidad se incrementa por efecto de la crisis financiera.
El fin de la deuda de los préstamos estudiantiles fue enarbolado como bandera por los ocupantes de Wall Street
y miembros del Movimiento 99%.
A menudo, algunas personas mayores, que
fueron a la escuela cuando la matrícula era razonable, tienden a pensar
que el reclamo de este derecho es un lloriqueo de chicos malcriados,
quizás porque nunca llegaron a la universidad en una época en que el
diploma de secundaria bastaba para conseguir un empleo de clase media y
hacer alguna carrera para toda la vida. Ahora les cuesta entender que
estos jóvenes aceptaron una penosa deuda hipotecaria antes de tener
algún ingreso regular y por creer en promesas falsas, mientras la deuda
continúa inexorable, independientemente de las circunstancias de vida o
capacidad de pago.
Los deudores no pueden descargar los préstamos de estudiantes a
través de la quiebra, gracias a la ley de quiebras de 2005, considerada
un ejemplo moderno de la corrupción abierta del Congreso y los servicios
que presta a los intereses de rentistas y acreedores, en detrimento de
la gran mayoría. El gobierno está a salvo de riesgos y los acreedores
están autorizados para cobrar mediante cualquier método, sin otorgar
ningún incentivo real para resolver la situación.
En otras palabras, escribió Pareene, éste es un espantoso problema,
sin precedentes, para toda una generación de jóvenes que acaba de entrar
a la edad adulta. “Se va a crear una generación de esclavitud
asalariada”, manifestó Nick Pardini, estudiante graduado en finanzas en
la Universidad Villanova, quien advirtió en un blog que “los préstamos
estudiantiles son la próxima burbuja crediticia, con los prestatarios
como perdedores en vez de los prestamistas”.
Incluso, si todos los desempleados y subempleados graduados y
endeudados consiguieran por milagro mañana empleos decentes, el dinero a
ganar deberán destinarlo al pago de estos préstamos en mora, en lugar
de invertirlo en algo productivo para la economía. Entretanto, los
bancos seguirán recibiendo enormes beneficios.
La imposibilidad de escapar de la deuda de préstamos estudiantiles se
debe a que surgió una industria que impuso grados inútiles y demasiado
caros a personas vulnerables. Es una estafa, pero rentable y
suficientemente respetable para los jugadores más importantes del
establishment que se sienten cómodos ejecutando una matanza bien vista
por sus pares.
Kaplan University es una cadena de universidades con fines de lucro
construidas para ganar dinero fácil con la ayuda gubernamental a
estudiantes y atraer retoños que piden prestadas pequeñas fortunas,
escribió Alex Pareene. “Los ladrones son desvergonzados”, añadió y citó
este párrafo de Elizabeth Morris “Lally” Graham Weymouth, “Editora
Asociada Senior” en el Washington Post y también codueña de la
Washington Post Company (WPO), propietaria de la compañía de
universidades con fines de lucro Kaplan, que explota el negocio de la
educación subsidiada por el diario que pierde dinero:
“Si pudiera hacer una cosa, sería asegurar el futuro de las empresas
educativas con fines de lucro, que parece empeñado en eliminar esta
administración. The Washington Post Company ha luchado duro para ser una
buena compañía y decente, pero nuestro ánimo de lucro en la división de
educación está bajo fuego por la administración, al igual que otras
empresas de educación con fines de lucro, como Apolo y Strayer.
(Aclaración: Yo y mi familia tenemos un interés de propiedad en WPO,
[Washington Post Company]“). La mayoría de los estudiantes en empresas
educativas con fines de lucro son minorías, lo que hace que te preguntes
¿cómo cerrar estas empresas ayudaría a alcanzar la meta del presidente
de tener más graduados universitarios en Estados Unidos?”.
La conclusión de Pareene es que la idea de “Rally” para resolver la
“crisis fiscal” de Estados Unidos es que le permitan seguir
enriqueciéndose a sí misma y enterrar a los pobres paralizados por la
deuda.
El perfil de la Washington Post Company (WPO) en
http://quote.morningstar.com/ dice: “¿Qué hace esta compañía? Washington
Post es un conglomerado de medios, con negocios en la educación (el 58%
de sus ingresos en el ejercicio económico 2011), la emisión de TV cable
(18%), televisión (8%), periódicos (15%) y otros negocios. Los ingresos
y beneficios de educación se conducen sobre todo en el segmento de una
educación más alta de Kaplan, que es financiado en gran parte por
préstamos del gobierno (indirectos). Cable One provee servicios de
cable-televisión, Internet, y VoIP en mercados relativamente pequeños”.
(Tomado de Argenpress.info)
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