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| Por la expresión de su rostro parece que le simpatiza su nuevo juguete | 
Por Sergio Rivero Carrasco
A veces nos parece mentira que
podamos dedicar un día a las cosas que nos gustan y sin presiones de trabajo o
familiares, echar vuelo a la imaginación y lograr la satisfacción de la sonrisa
a los que beneficiamos con nuestro quehacer.
Hoy quise  parecerme a Jeppetto  para convertirme en un  hacedor de títeres, como en mis buenos tiempos
en la Universidad o en las escuelas en el campo en las que laboré los primeros
años  en la Isla de la Juventud. Mis
alumnos eran los actores y esfuerzo tras esfuerzo lograron dar vida a todos los
personajes de las obras teatrales “Ya viene Gorgonio Esparza”,  “Los cuentos del Decamerón negro” “El mancebo
que casó con mujer brava” y “El pequeño príncipe”.
 
 
 




 
 

