Por Sergio I. Rivero Carrasco
“…El
hombre no puede nunca
renunciar a los sueños…”
renunciar a los sueños…”
Fidel
Cada
nuevo apretón de tuerca del imperio es como un acicate al esfuerzo cotidiano, a
poner a prueba la inteligencia con la sabrosura de una sonrisa o el chiste más
ocurrente en medio de la contienda, porque esa alegría y originalidad de la
cubanía, no puede arrebatárnosla ni el más perverso imperio del mundo que ha
forcejeado por centurias para lograrlo, por eso, que nos levantemos hoy con el
honor que dignifica nuestra estirpe es el mayor gozo del mundo.
Estos
últimos días han sido también de “toque de a degüello” como, de llamado
incondicional para apretarse el cinto y salvar la obra, para tener más presente
las lecciones de Fidel y Raúl, las que hoy nos precisa con meridiana claridad y
altruismo el presidente Díaz-Canel, a mantenernos bien unidos, abrazados,
atentos y dispuestos; a comportarnos como verdaderos patriotas, laboriosos,
disciplinados, ahorrativos y diligentes: Nos ha llamado a hacer realidad lo que
nos ha inducido por mucho tiempo de pensar y actuar como país, que no es más
que estar dispuestos a dar la respuesta que el país nos pida.
En estos
tiempos transitorios de carencias energéticas que generan otras dificultades
cotidianas, también exigen de un cambio de actitud ante la vida de cada pinero
y cada cubano porque no se puede esperar que todo transcurra normalmente cuando
se cortan las vías de acceso a financiamiento y a los productos, aunque el
gobierno cubano ha trabajado intensamente para sortear el bloqueo y el cerco
económico.
El
llamado de hoy es al máximo ahorro, eficiencia y eficacia en la producción y
los servicios de cualquier tipo, a potenciar la producción para la exportación
y la sustitución de importaciones, a dar la prioridad a cada proceso
inversionista que pueda multiplicar los ingresos de divisas convertibles al
país para revertirlas en alimentos, medicamentos, medios de transporte,
informatización de procesos, que en medio de esta situación, contribuyan a
mantener los sueños de cumplir los
compromisos y avanzar mucho más.
Cuando
los perversos del Norte esperan lágrimas, reciben sonrisas, esfuerzo,
resistencia, saltos olímpicos para vencer las dificultades, seguros,
organizados y decididos haciendo realidad la máxima del Presidente cubano: “Nuestro pueblo seguirá siendo feliz,
laborioso, creativo, alegre y bromista −incluso en las situaciones más
difíciles−, porque somos un pueblo que no se deja amilanar por nada ni por
nadie, y con optimismo renovado vamos a encontrar soluciones”.
Esa
respuesta popular, esa verdad mil veces multiplicada
y honesta, con la sencillez y el corazón latiendo cada habitante que pudo
sentir en el Presidente cubano y en cada uno de los funcionarios que explicaron
al pueblo la situación existente y las medidas, es lo que más duele a nuestros
adversarios, porque en medio de la situación coyuntural provocada por la nueva
escalada de la Administración Trump, que ahora amenaza y chantajea a empresas y
cargueros que traen petróleo a Cuba, en su afán de recrudecer el bloqueo a la
Isla, se logra el sano entendimiento, comprensión y apoyo mayoritario y decidido del pueblo por
lo cual Díaz Canel expresó su
agradecimiento: “Lo que hemos recibido en
materia de apoyo es más grande que un supertanquero de combustible. ¡Qué clase de pueblo tenemos!
¡Gracias
Cuba!
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