- Mueren otros 20 militares de EE.UU. en Iraq
- Recibimiento mortífero a nueva estrategia de EE.UU. en Iraq
¡Oídos sordos a toda demanda, protesta o son consejo como el de Michael Moore al Presidente! En Realidad, lo que sucede en la actual administración Bush es maquiavélico. Un presidente que gobierna en un oeste, hace y deshace a sus antojos, manda a los hijos de su país como carne de cañón a asesinar y ser asesinados. Recientes encuestas demuestran que más del 70 por ciento de la población norteamericana está en contra el envío de los nuevos soldados a Iraq.
La muerte de otros 20 uniformados estadounidenses en Iraq, constituyó este fin de semana un ejemplo de ello y el recibimiento en Bagdad a más de 3 000 soldados enviados por el presidente George W. Bush, sus soldados, como parte de su nueva estrategia para neutralizar la resistencia iraquí.
En uno de los días más letales para las fuerzas norteamericanas desde que iniciaron la agresión en marzo del 2003, 13 efectivos murieron en la caída de un helicóptero de los invasores, destacó el diario The New York Times.
Funcionarios iraquíes citados por el rotativo precisan que fue derribado por la insurgencia.
En varios episodios separados de enfrentamiento a las tropas ocupantes otros siete militares murieron.
Esta elevada cifra de bajas solo es superada por los 37 militares que perecieron el 26 de enero del 2005.
También coincidió la llegada del nuevo refuerzo estadounidense con la muerte de un soldado británico a causa del estallido de una bomba cerca de Basora, en el sur del país.
El arribo de las unidades a Iraq se produce en momentos en que se acrecienta la oposición en el Congreso contra la decisión del gobierno de Bush de enviar más de 20 000 efectivos adicionales a la nación árabe.
Según analistas, el inicio de la nueva estrategia de Bush para crear un clima de seguridad en Bagdad es poco promisorio.
Mientras tanto, analistas predicen que aún falta lo peor en Iraq y que el 2007 será un año terrible.
Qué hará entonces el Presidente cuando hoy día 22 defienda su nueva estrategia en un Congreso en el que por primera vez no cuenta con la mayoría y que desde las filas demócratas se le dará la respuesta contraria por Jim Webb para que quien responderá a la alocución del poder Ejecutivo.
Webb, de 60 años, cuya victoria en el estado de Virginia permitió la toma del Senado por los demócratas, tiene un pasado republicano, es veterano y novelista de la guerra de Vietnam. Hijo de militar, secretario de la Marina en la presidencia de Ronald Reagan, Webb obtuvo su primer cargo electoral con un perfil paradójico de un guerrero que milita contra la guerra en Iraq.
Esta designación es un anticipo de la férrea oposición que espera al gobierno del Congreso.