Por Juana Carrasco Martín
Tomado de Juventud Rebelde
- Cinco luchadoras antibelicistas estadounidenses están en Cuba desde este sábado, como avanzada de un grupo de 12 personalidades internacionales que el 11 de enero marcharán hasta la entrada de la ilegal Base Naval de Guantánamo para exigir el cierre del centro de detención para los que Bush llama «combatientes enemigos».
Cindy Sheehan, conocida como Mamá Paz desde que decidiera luchar contra la guerra luego de que su hijo muriera en Iraq; Medea Benjamin, co-fundadora de la organización CODEPINK: Mujeres por la Paz que ha organizado esta acción pacifista; la ex coronela y diplomática Ann Wright, quien renunciara a su cargo en marzo de 2003 en protesta por la invasión a Iraq; Adele Welty, madre de un bombero muerto el 11 de septiembre de 2001; y Tiffany Burns, activista de Gold Star Familias for Peace (Familias Estrella de Oro por la Paz) integran el primer grupo en arribar a Cuba.
En una primera declaración a la prensa, Medea Benjamin explicó parte de las actividades que realizarán en Cuba, enfatizando en aquellas que tendrán lugar frente a la prisión militar estadounidense porque «el próximo día 11 se cumplen ya cinco años de la llegada de los primeros prisioneros, todavía están encerradas unas 400 personas en ese lugar y se conoce que han sido sometidas a todo tipo de abusos allí».
«Formamos parte de un grupo internacional que está pidiendo que se cierre la prisión. Llegaremos a Guantánamo el día 10 y tendremos una conferencia todo el día para la cual vienen abogados que han llevado los casos a la Corte Suprema de EE.UU.», añadió.
Adelantó que la delegación está integrada por destacados juristas, cineastas, un ex prisionero encerrado durante cuatro años en Guantánamo sin causa alguna y sometido a torturas, la madre y el hermano de un joven todavía prisionero en el centro de detención Camp Delta y que perdió un ojo dado el régimen imperante allá.
Benjamin agradeció al Gobierno cubano por haberles permitido entrar y poder realizar su acción de protesta y también al Centro Martin Luther King, al ICAP y «a todos los amigos que han ayudado a hacer este viaje».
Por su parte, la ex coronela Ann Wright precisó que el 11 de enero habrá eventos en todo el mundo «para denunciar lo que se ha hecho en esa prisión. Nosotros estamos aquí para demostrar que tiene que cerrarse, porque hay que buscar la justicia, pero no en esa prisión militar».
«Como funcionaria del Ejército norteamericano durante 29 años y como diplomática retirada pienso que esta cárcel en Guantánamo es una imagen horrible de los Estados Unidos, y la única forma que tenemos para concluir con esta prisión es que entren verdaderos juristas».
Cindy Sheehan fue categórica ante la pregunta de si temía represalias del gobierno de George W. Bush que prohíbe los viajes de sus conciudadanos a Cuba: «Si alguien me conoce un poquito sabe muy bien que no le temo absolutamente a nada».
«Lo que es más importante, es esa inhumanidad que mi país está perpetrando en Guantánamo, y si yo temiera no estuviera haciendo absolutamente nada. Yo estoy preocupada por la personas que están en Guantánamo, detenidas allí y tratadas inhumanamente. Estoy preocupada porque nuestros soldados reciban represalias debido a ese tratamiento —en parte mi hijo murió precisamente por eso—; y preocupada por el pueblo iraquí que está muriendo a diario por causa de mi país. Por eso pienso que ya es hora de que la gente salga y dé el frente y asuma esa causa para ponerle fin».
Al calificar de «masacre» la guerra contra el pueblo iraquí, denunció la hipocresía del gobierno de EE.UU. que falsamente dice que está llevando la democracia y la libertad, «cuando están perpetrando esta injusticia y este horror en lugares como Guantánamo y en nuestro propio país también, pues hay personas en prisión sin tener derecho a un proceso adecuado».
«Estamos aquí para una conferencia internacional sobre derechos humanos —precisó a su vez Medea Benjamin—-, sobre las condiciones existentes en Guantánamo y contamos con los mejores expertos del mundo para hablarle al grupo de esa situación. Tenemos personas que han sufrido la experiencia de Guantánamo en carne propia, también parientes que darán sus testimonios. Nosotros todos somos activistas profesionales de los derechos humanos de manera tal que nos ajustamos a la categoría de investigadores profesionales que estamos aquí para documentar esas condiciones en nuestra conferencia internacional.
«De todas formas pensamos que nuestro gobierno no debe detener nuestro derecho de viajar a cualquier lugar, y aun cuando no nos ajustásemos a esta categoría hubiésemos venido de igual modo», subrayó Benjamin.
Medea concluyó que tienen esperanza en el cambio del Congreso y han ido a sus pasillos a decirles «no queremos una escalada de las tropas en Iraq, como el presidente Bush está pidiendo. Por el contrario, la vasta mayoría del pueblo norteamericano está pidiendo que las tropas regresen a casa».
«A nuestro regreso a Estados Unidos vamos a estar cabildeando para que ellos (los legisladores) rechacen también la nueva propuesta que le quita el derecho a tener un proceso adecuado a las personas detenidas en Guantánamo. Vamos a regresar para pedirles que rechacen la Ley de Comisiones Militares».
Adele Welty apuntó por su parte que era parte de esta delegación porque su hijo murió el 11 de septiembre. «Era bombero y perdió su vida cumpliendo el deber en el World Trade Center (Torres Genelas). Arriesgó su vida porque respetaba la vida y la dignidad humanas; sin embargo, en el nombre de mi hijo y de cada uno de los que murieron el 11 de septiembre hay muchísima inhumanidad que está siendo perpetrada en Guantánamo, en Iraq y en Afganistán, y yo no quiero que ni la guerra ni la inhumanidad sea el legado que deje mi hijo».