EL PINERO: Pineros de corazón o en el corazón de los pineros

domingo, agosto 25, 2013

Pineros de corazón o en el corazón de los pineros

De izquierda a derecha Julio Acanda, Adolfo Muñiz,
Kelvis Ochoa y Corina Mestre

Texto y fotos Sergio Rivero Carrasco

Podría titularse así al encuentro final de la jornada cultural Pineros de Corazón, que esta vez contó con la presencia de todos los invitados: Julio Acanda, Kelvis Ochoa, Corina Mestre y Adolfo Muñiz, todos con un profundo sentimiento por este pedazo de tierra misteriosa que tiene la capacidad de encantar a los que aquí crecimos como seres humanos en el contagio con el trabajo, la vida tranquila, la educación familiar con profundas raíces en la ética y la cultura que la sociedad exigió en cada momento.

Cada uno aportó todo lo que mejor había cultivado desde el canto o la actuación, los inicios de la televisión realizada desde aquí y cómo nació y creció el telecentro que a decir de Julio Acanda, “fue la escuela a la cual le debo mi carrera, por las enseñanzas y oportunidades que me dio. Al ver los audiovisuales presentados aquí hoy, me lleno de orgullo porque el talento crece y se hacen cosas excelentes como las que nos acaban de regalar, al punto de que dudé por un momento poner mis crónicas…”

Corina Mestre penetró en los vericuetos de su familia, toda pinera y que desde cualquier sitio en que se encuentren siempre tienen un espacio para hablar de las bondades naturales de la Isla, de las personas que quedaron y viven en ella y el sentimiento que los embriaga cada día por llegar de nuevo. “Siempre me ha tocado representar algo de la Isla: Mi madre es como la Isla, fuerte y dócil a la vez, el personaje de la novela que estuvieron transmitiendo yo era así mismo con mi hija y después tuve la suerte de hacer el personaje de la Isla en la serie documental Memorias de un caminante. Como ven, la Isla es como un misterio que me persigue y continuamente me trae hasta aquí.”

Para el cantautor Kelvis Ochoa, Tunero y radicado desde muy pequeño en la Isla de la Juventud, siempre tuvo el bichito de la música en la sangre y en el quehacer de cada día, porque “la vida es música y ante cada situación o hecho puedes crear. Ahí están las canciones que compuse hace muchos años por estas mismas calles, las que cantaba en las reuniones con tantos amigos que por estos días han llegado hasta la UNEAC para compartir recuerdos y anécdotas. La Isla es mi inspiración, algo de lo que nunca me he podido despegar: Es un poco como mi novia…, apuntó.”

Adolfo Muñiz siempre se desempeñó en los medios de comunicación, primero como fotorreportero del periódico Victoria del que guarda hermosos recuerdos porque allí “fui culpable de dejar para la historia infinitas imágenes de las visitas del Comandante en Jefe a la isla con muchas personalidades de gobierno, dejé en las películas una parte de la historia y desarrollo de los años finales de los 60, 70 y el inicio de los 80.

“Después tuve el privilegio de fundar la corresponsalía de televisión en la Isla y ser el primer camarógrafo que trabajó con aquellas cámaras enormes que pesaban un mundo y había que correr con ellas. Corría todos los días para el aeropuerto para hacer llegar las películas a La Habana para que las recogieran allí. Fueron tiempos hermosos de los que uno no puede desprenderse cuando ya han pasado más de 30 años.”

Así son los pineros: “De corazón”, al punto de que sucedió un hecho único en la historia musical pinera y fue poder unir en una descarga formalmente informal a una de las leyendas de la música pinera con los ritmos caimaneros, ese hombre al que "la música le viene desde adentro", Sonny Boy y a Kelvis Ochoa, y por si fuera poco, incorporar a Corina Mestre con poemas y canciones también salidas de sus entrañas. Ellos tres lograron el clímax, y una vez supuestamente terminada la descarga al filo de las dos de la madrugada de hoy en perfecta armonía con la luna que desafiaba a las nubes para ser testigo de este acontecimiento, el público pidió a Kelvis que cantara su exquisita y emotiva versión del Himno Nacional, en solemne ratificación de exquisita cubanía con todos puestos de pie.

Fueron jornadas de recuerdos, de reconocimiento mutuo, de ratificación de la pineridad y sobre todo, cubana. Podríamos decir entonces que: cuánto más pineros, más cubanos. Por eso era lógico que en la jornada del sábado, más que Pineros de corazón, ellos hayan quedado más arraigados en el corazón de los pineros.