De izquerda a derecha Nancy Ramírez, René González, Ana Esther Zulueta y Roberto Díaz |
En realidad, la jornada de ayer fue matizada por la inteligencia y los huracanes. No puedo discernir hoy si el MsC. René González Barrios, Presidente del Instituto de Historia de Cuba y de la Unión de Historiadores nos entregó con su conferencia "El desmontaje de la Historia y cómo interpretarlo" un huracán de conceptos, alertas, demostraciones objetivas impulsadas a romper con los esquematismos en la concepción que muchos mantienen hoy sobre los Estados Unidos y el peligro que nunca cesa a pesar de la sonrisa; o el huracán de destrucción, solidaridad y amor que nos dejaron para la posteridad los periodistas Ana Esther y Roberto con su libro "Cuando la palabra se parece a la vida", convertido en memoria tangible del paso del huracán Gustav por la Isla de la Juventud.
Una sesión inteligente en la que con el pretexto inicial de presentar el libro de los periodistas pìneros, se tomó como acción de superación para los profesionales de la prensa, responsables en gran medida de los mensajes que recibe nuestro pueblo a través de su labor. Queda bien claro que para Cuba hay un antes y un después del 17 de diciembre del 2014 cuando se anunció por nuestro Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, General de Ejército Raúl Castro Ruz, en cadena nacional, la decisión del restablecimiento de las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos bajo el principio del respeto mutuo y la defensa de los principios que nos han traído hasta aquí, en una alocución apegada a los más estrictos cánones diplomáticos.
Desde ese minuto, cambió la histórica confrontación hostil con el gobierno de Estados Unidos, por una relación mediada por el pensamiento y los símbolos, en la que toma partido de manera decisiva la guerra ideológica y mediática contra Cuba. En su discurso el presidente Barak Obama expresó muy claramente que la estrategia seguida por más de 50 años con Cuba no había funcionado y ahora se imponía utilizar un camino en el que se pudieran fortalecer las infocomunicaciones, conocedores del valor que tiene para las nuevas generaciones la Internet, las telecomunicaciones, el acceso a los productos banales y el veneno mediante los que ellos promueven el modo de vida norteamericano para lograr que abracen el paradigmático modo de vida norteamericano.
Hay múltiples experiencias y ejemplos que demuestran los efectos de esta guerra blanda, de colores, en la que no hacen falta las armas de inicio porque los conflictos internos son fomentados desde las redes.
Fue inteligencia y pensamiento ese huracán que desarrolló su vórtice en el auditorio que también esperó con agrado la presentación de esa joya periodística, ese gran reportaje sin pretensiones literarias que es "Cuando la palabra se parece a la vida".
Muestra del libro "Cuando la palabra se parece a la vida" |
Precisó que estos excelentes periodistas dieron muestras de laboriosidad y apego a la verdad, al lenguaje de las personas cuidando con celo sus formas de expresión para que de verdad las palabras se parecieran a la vida. Se refirió también a ese Golpe Nuclear, como lo denominó el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en la Reflexión publicada en el periódico Granma el 2 de septiembre del 2008, marcó a los pobladores de la Isla de la Juventud y dejó una huella profunda en sus sentimientos, en sus modos de actuar y pensar, cambió la vida y algunas costumbres.
En sus intervenciones a propósito de la presentación, los periodistas Ana Esther Zulueta Avilés y Roberto Díaz Martorell, unidos en la profesión y en la vida, narraron anécdotas del encuentro con los protagonistas de sus historias, los que aún después de estar recuperados, llenaban sus ojos de lágrimas y se les apretaba el pecho recordando aquellos momentos; pero de pronto reaccionaban y decían: "No nos dejamos vencer y rápido salimos a reconstruir la Isla y a ponerla más bonita como nos lo pidió Raúl cuando vino", donde quiera que había algo destruido y se trabajaba en la reconstrucción se enarbolaron banderas cubanas y la Isla se llenó de banderas, hasta los carros y las casas. "Eso fue hermoso", puntualizó Roberto.
Y así fue, la Isla de la Juventud emergió de las ruinas y escombros de un huracán categoría cinco que estimuló a otro huracán de trabajo, amor, sentido de pertenencia y solidaridad. Codo con codo, con la ayuda de la máxima dirección del Partido y el Gobierno, de los Ministerios y trabajadores de casi todas las provincias del país, hicieron posible que poco a poco se volviera a hacer la luz, los árboles reverdecieran y la vida triunfara sobre las adversidades.
Son esos pequeños detalles que suman a una grandeza inigualable de la Revolución, de no dejar a nadie desamparado, de tener a los cubanos en el centro de la brújula como lo más importante, es precisamente lo que debemos cuidar y a lo que ayudará ese otro huracán de inteligencia, conocimientos y alertas con los que iniciamos el encuentro que hizo posible el deseo de Ana Esther y Roberto, de que la palabra se parezca a la vida.
MUESTRA GRÁFICA DE LOS EFECTOS DEL HURACÁN GUSTAV EN LA ISLA DE LA JUVENTUD
Luz del alma, documental del periodista Noel Otaño
LA RECUPERACIÓN: HURACÁN DE TRABAJO
2 comentarios:
Gracias amigo, bonito y emotivo post. Realmente, para nosotros fue un día de emociones, agradecemos mucho tus palabras y reconocimiento.
Roberto y Anita
Gracias amigo, bonito y emotivo post. Realmente, para nosotros fue un día de emociones, agradecemos mucho tus palabras y reconocimiento.
Roberto y Anita
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