miércoles, agosto 30, 2006

ANTECEDENTES DEL PLAN BUSH (I)






POR: JORGE LEZCANO PÉREZ






Los antecedentes más cercanos del Plan Bush datan de una fecha tan próxima como la de octubre del 2003, momento en el que el Presidente norteamericano estableció la Comisión de Ayuda a una Cuba Libre, presidida por el entonces secretario de Estado, Collin Powell.
El informe elaborado por dicha Comisión fue presentado a George W. Bush el 6 de mayo del 2004. En tan pomposa ocasión el señor Powell, a pesar de que pretendía ocultar el verdadero objetivo del Plan con edulcoradas palabras, "hacer más fácil la transición de Cuba a la democracia", no lo logró al tener que expresar también sus pretensiones de "ayudar al pueblo cubano y dejar atrás para siempre a Castro y al castrismo. Cualquier régimen sucesor de Castro que perpetúe el control del poder del régimen sería totalmente contrario al compromiso que tiene el hemisferio con la libertad".
Ese mismo propósito sería confirmado inmediatamente por Bush, cuando al recibir el informe declaró: "Es un informe de la Comisión que constituí en mi gobierno para precipitar el día en que Cuba sea un país libre". Aunque su siguiente afirmación es mucho más clara: "Es una estrategia que dice que no estamos esperando el día de la libertad cubana, estamos trabajando por el día de la libertad cubana, encargada, por tanto, para identificar medios adicionales para poner fin rápidamente al régimen de Castro".
Si hurgáramos un poco más en la historia de la política de los Estados Unidos dirigida a destruir la Revolución, nos resultará fácil identificar esos mismos propósitos en la Ley Torrcelli de 1992 y, especialmente, en la Ley Helms-Burton de 1996.
Así, por ejemplo, en la Sección 3 de la Ley Helms-Burton se define que los propósitos de esta Ley son, entre otros: "ayudar al pueblo cubano a recuperar su libertad"... "Proporcionar un marco de política para el apoyo de los Estados Unidos al pueblo cubano a la formación de un gobierno de transición". Mientras que en la Sección 109 se autoriza al Presidente a prestar asistencia y otros tipos de apoyo a personas y organizaciones no gubernamentales independientes a favor de los esfuerzos de democratización en Cuba, incluido... "apoyo a los grupos democráticos y de derechos humanos de Cuba".
No debemos olvidar que antes de que las administraciones de los presidentes William Clinton (demócrata), y George Bush (republicano), decidieran hacer pública la política anexionista de siempre practicada por el imperio contra nuestro país, esta se proyectaba con igual propósito, pero de manera confidencial y secreta.
Así quedó demostrado en el "Programa de Operaciones Encubiertas, aprobado por el Gobierno de Estados Unidos para derrocar al Gobierno cubano, de 16 de marzo de 1960". En él se expone: "(...) Objetivo: El propósito del Programa que se esboza es lograr la sustitución del régimen de Castro por uno que se dedique más a los verdaderos intereses del pueblo cubano y sea más aceptable para los Estados Unidos". "(...) en esencia, el método que se adoptará con vistas a la ejecución de este objetivo será inducir y apoyar en lo posible la acción directa, tanto dentro como fuera de Cuba, por parte de grupos cubanos seleccionados quienes, de acuerdo con lo previsto, pudieran actuar por iniciativa propia". "(...) no se escatimarán esfuerzos para llevarlo a cabo de manera tal que la capacidad de los Estados Unidos para actuar en una crisis aumente de manera progresiva".
Otro tanto se demuestra en el documento oficial suscrito por L. D. Mallory, importante funcionario del Departamento de Estado, el 6 de abril de 1960, donde después de reconocer que "la mayoría de los cubanos apoyan a Castro" y que "no existe una oposición política efectiva", exponía que "el único medio previsible para enajenar el apoyo interno es a través del desencanto y el desaliento, basados en la insatisfacción y las dificultades económicas". "(...) Debe utilizarse prontamente cualquier medio conocible para debilitar la vida económica de Cuba". "(...) una línea de acción que tuviera el mayor impacto es negarle dinero y suministros a Cuba, para disminuir los salarios reales y monetarios a fin de causar hambre, desesperación y el derrocamiento del Gobierno". Este memorando fue aprobado por Roy Rubotton, vicesecretario del Departamento de Estado para Asuntos Interamericanos, con un rotundo Sí que estampó en dicho documento.
Si las afirmaciones que aparecen en estos documentos secretos (desclasificados 25 ó 30 años después) y las medidas previstas en el Capítulo 1 del Plan Bush: "(...) La piedra angular de nuestra política para acelerar y poner fin al régimen de Castro es fortalecer las políticas de apoyo activo a los grupos que respaldamos dentro de Cuba". "(...)Y socavar las estrategias de sucesión del régimen de Fidel Castro a Raúl Castro y más allá", pudieran interpretarse como pura coincidencia, no lo crea, ello obedece, nada más y nada menos que a la política de siempre de las diferentes administraciones norteamericanas, obsesionadas y coherentes, de absorber nuestra nación para convertirla en un estado más del territorio estadounidense.
Muchos historiadores coinciden en señalar como fecha del inicio de esa política anexionista el año 1805, cuando en nota al Ministro de Inglaterra en Washington, el presidente Thomas Jefferson escribió: "En caso de guerra entre Inglaterra y España, los Estados Unidos se apoderarían de Cuba por necesidades estratégicas para la defensa de Louisiana y de la Florida". Posteriormente, en 1823, reiterando sus pretensiones sobre nuestra Isla expresó: "Confieso plenamente haber sido siempre de la opinión que Cuba sería la adición más interesante que pudiera hacerse en nuestro sistema de estados".
En ese propio año (28 abril de 1823) el secretario de Estado, John Quincy Adams (posteriormente Presidente de los Estados Unidos en 1825 y principal exponente de la teoría de la "fruta madura"), enviaba instrucciones escritas al Ministro de Estados Unidos en España en las que expresaba: "Cuando se echa una mirada hacia el curso que tomarán probablemente los acontecimientos en los próximos 50 años, casi es imposible resistir la convicción de que la anexión de Cuba a nuestra República Federal será indispensable para la continuación de la Unión y el mantenimiento de su integridad".
Apenas habían transcurrido 22 años de esta descarada declaración anexionista, cuando en el año 1845, el senador Yulec, de Florida, se convierte en el primero en proponer la compra de Cuba, presentándola en forma de proyecto de resolución del Senado de los Estados Unidos. Pero fue acuerdo general, entonces, que no era aquel el momento adecuado para llevar adelante el asunto, y Yulec retiró su proyecto. Pero no pasó mucho tiempo para que tres presidentes norteamericanos retomaran ese proyecto. James Polk, en el propio año de 1848; Franklin Pierce, en 1853; y James Buchanan, en 1857.
En demostración fehaciente de su decisión de llevar adelante su propuesta, James Buchanan desarrolló su campaña electoral a partir de 1854, incorporando la compra de Cuba como principal argumento de su plataforma. En su Manifiesto de Ostende, quedó expresada su propuesta de la manera siguiente: "(...) Los Estados Unidos deben comprar a Cuba por su proximidad a nuestras costas, porque pertenecía naturalmente a ese grupo de estados de los cuales la Unión era la providencial Casa de Maternidad... (...) y porque la Unión no podría nunca gozar de reposo hasta que Cuba estuviese dentro de su frontera".
Muchísimos otros ejemplos, entre ellos la Enmienda Platt, pudieran agregarse para demostrar que los antecedentes del Plan Bush, incluyendo la actual ampliación y su anexo secreto, tienen más de 200 años de enfermiza política anexionista, pero atendiendo a la brevedad de estas líneas nos limitaremos a citar la transcripción del folleto publicado en Washington en 1903 sobre la discusión en el Senado norteamericano dirigida a que se modificara el voto del Senado sobre la Resolución Conjunta presentada por el señor Newland, a la cual dio lectura el Secretario:
"Resolución Conjunta (Resolución Conjunta del Senado, num.15), invitando a Cuba a convertirse en un Estado de la Unión Americana".
"Por cuanto la República de Cuba desea obtener la unión comercial con los Estados Unidos; y
"Por cuanto la mejor unión comercial puede obtenerse por medio de la unión política mediante la admisión de la República de Cuba como un Estado soberano en la Unión: Por tanto,
"Se resuelve, etc.: Que la República de Cuba se invite, como se hace por la presente, a que se convierta en un Estado de los Estados Unidos en términos de igualdad respecto de todos los demás estados de la Unión, y a propósito de esto se hacen las siguientes sugestiones:
"Primera: Que la Isla de Puerto Rico se convierta en un condado o provincia de Cuba y una parte del Estado de Cuba.
"Segunda: Que el Presidente y Vicepresidente de la República de Cuba sean el Gobernador y el Teniente Gobernador, respectivamente, del Estado de Cuba, hasta que sus términos de empleo se venzan, y que todos los demás funcionarios ejecutivos, legislativos y judiciales que en la actualidad ejercen cargos en la República de Cuba, continúen en posesión de ellos en el Estado de Cuba, hasta que se venzan sus términos presentes, con la excepción de los oficiales de la aduana y del correo, quienes serán incorporados al servicio de aduana y postal de los Estados Unidos, y la Guardia Rural, cuyos oficiales y subalternos serán incorporados en el Ejército de los Estados Unidos".