Justo cuando se cumple este lunes una semana de la difusión en La Habana del manifiesto "La soberanía de Cuba debe ser respetada", firmada inicialmente por más de 400 personas de 50 países, la adhesión al documento continúa en diversos lugares del orbe.
El 7 de agosto, el teólogo belga Francois Houtart leyó junto al poeta cubano y presidente de la Casa de las Américas, Roberto Fernández Retamar, el mencionado texto, en el cual se denunciaron las amenazas de Washington a la integridad territorial de la isla.
Los firmantes fustigaron la postura del gobierno de George W. Bush a raíz de una proclama del presidente Fidel Castro al pueblo de Cuba, poco después de ser sometido a una operación quirúrgica.
El 31 de julio, el mandatario informó sobre su estado de salud y delegó con carácter provisional en el primer vicepresidente, Raúl Castro, sus funciones al frente del Estado, el Gobierno, el Partido Comunista y las Fuerzas Armadas Revolucionarias.
A partir de esa proclama, funcionarios estadounidenses han formulado declaraciones "cada vez más explícitas acerca del futuro inmediato de Cuba", señala el texto firmado por los Nobel de Literatura José Saramago, Nadine Gordimer, Darío Fo y Wole Soyinka.
También lo rubricaron Desmond Tutu, Rigoberta Menchú y Adolfo Pérez Esquivel (Paz) y Zhores Alfiorov (Física), quienes criticaron al secretario estadounidense de Comercio por afirmar que "llegó el momento de una verdadera transición hacia una verdadera democracia".
El dramaturgo británico Harold Pinter se convirtió en el noveno Premio Nobel en respaldar a Cuba, junto a figuras de relieve como los actores Benicio del Toro y Jorge Perugorría, y los escritores Juan Gelman, Mario Benedetti, Frei Betto e Ignacio Ramonet.
Los firmantes también repudiaron declaraciones del vocero de la Casa Blanca, Tony Snow -luego reiteradas por Bush- según las cuales su gobierno estaba "listo y ansioso para otorgar asistencia humanitaria, económica y de otra naturaleza al pueblo de Cuba".
La llamada Comisión para una Cuba libre, presidida por la Secretaria de Estado, Condoleezza Rice, había destacado semanas antes en un informe "la urgencia de trabajar hoy para garantizar que la estrategia de sucesión del régimen de Castro no tenga éxito".
Bush declaró sin reservas que el citado documento era una prueba clara de que en su administración "estamos trabajando activamente por un cambio en Cuba, no simplemente esperando a que ocurra".
Según ha admitido el Departamento de Estado, el plan incluye medidas que permanecerán secretas "por razones de seguridad nacional" y para asegurar su "efectiva realización", lo que induce a pensar en una eventual agresión militar contra la nación caribeña.
El documento de las personalidades apunta que "no es difícil imaginar el carácter de tales medidas y de la "asistencia" anunciada, si se tiene en cuenta la militarización de la política exterior de la actual administración estadounidense y su actuación en Iraq".
Otras firmas de renombre son las de los músicos Manu Chao y Chico Buarque, quienes alertaron en el referido texto la "amenaza creciente" contra la integridad de este país, la paz y la seguridad en América Latina y el mundo.
"Debemos impedir a toda costa una nueva agresión", subrayaron, además, Ramsey Clark, Tomás Borge, James Petras, Piero Gleijeses, Belén Gopequi, Miguel D"Escoto, Eduardo Galeano, Danny Glover, Volodia Teitelboim y Oscar Miemeyer, entre otros.