La lectura de una noticia en el periódico El Nuevo Herald de Miami, según la cual el Departamento de Estado se ha reunido en privado con Ramón Saúl Sánchez -principal organizador de la provocación prevista para el próximo viernes 9 de frente a las costas cubanas- para pedirle que “fuera responsable” me ha hecho volver a la página 54 de la edición brasileña del libro Os ultimos soldados da guerra fria, publicado en la prestigiosa editorial Companhia das letras por el escritor Fernando Morais. Allí se recuerda que “antes de crear el (Movimiento) Democracia, (Ramón Saúl) Sánchez militó en diversos y agresivos grupos anticastristas asentados en La Florida, como el Frente de Liberación Nacional Cubana, Alpha 66, Jóvenes de la Estrella, Organización para la Liberación de Cuba, Omega-7 y CID -Cuba Independiente y Democrática. En varias ocasiones su nombre apareció asociado a ataques piratas, planes de atentado, secuestros y acciones armadas contra la Isla.
Llamado en 1984 a declarar ante un Gran Jurado instalado en Nueva York para depurar la autoría de un atentado contra la Sección de Intereses de Cuba en washington, Ramoncito, como era conocido, se negó a comparecer ante el tribunal, siendo por ello condenado a cuatro años de prisión, de los cuales cumplió sólo dos, pues sería indultado en 1986 por el presidente Ronald Reagan.”
La información de El Herald también alude a que las autoridades norteamericanas han solicitado al gobierno cubano “actuar con moderación” ante las provocaciones pero no hay que tener mucha imaginación para saber cómo actuaría EE.UU. si un individuo con el historial de Ramón Saúl Sánchez se acercara, procedente de otro país, a las costas estadounidenses al frente de varias embarcaciones. De hecho, cuando el 31 de mayo de 2010 Israel asaltó brutalmente la flotilla humanitaria que transportaba alimentos y material sanitario a la bloqueada Gaza, con un saldo de nueve activistas muertos y treinta heridos, Estados Unidos dijo que trataba de “entender las circunstancias en las que ocurrió la tragedia” y ha mantenido luego de aquellos sucesos sus magníficas relaciones con su principal aliado en el Oriente Medio.
Pero nada consecuente con su llamado a la moderación, la representación diplomática norteamericana de EE.UU. en La Habana dedicó la mañana de este 7 de diciembre a organizar la actuación de sus reducidas pero bien financiadas fuerzas en Cuba. Según reseña el sitio Cubadebate, en una nota que añade a un artículo que publicamos en La pupila insomne “la Oficina de Intereses de los Estados Unidos en La Habana convocó a un desayuno en la residencia oficial del Jefe de la diplomacia norteamericana en la Isla, John Caulfield, pautado a las 9 de la mañana. Desde las 8:30 el grupo más numeroso estaba congregado en las afueras de la casa del Secretario de cultura Joaquín Monserrat, en 7ma y 34, Miramar, donde la esposa de Monserrat, Micaela Newhman, pasó lista de los invitados” y agrega que “Yoani Sánchez no siguió este humillante protocolo. Viajó directamente en taxi a la casa del Jefe de la SINA. Nadie la vio salir de ahí. O está todavía allí recibiendo instrucciones, o salió escondida en una de las camionetas de los diplomáticos norteamericanos”.
La señora Sánchez, que según publica el blog Cambios en Cuba fue la oradora oficial a cargo de concluir el “desayuno de trabajo” de este 7 de diciembre en casa del Jefe de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana, ha estado anunciando con entusiasmo en la red social Twitter la provocación de la flotilla encabezada por Ramón Saúl Sánchez y la ha vinculado a una conferencia de prensa del grupo Omni-Zona Franca para inaugurar el evento “Poesía sin Fin” en la sede del espacio Estado de SATS, en cuya organización ella ha estado participando.
En una reciente entrevista en video realizada en su casa a miembros de Omni-Zona Franca, la bloguera insistía en el carácter alternativo de estas acciones, pero es difícil creerlo cuando sus entrevistados reconocen recibir dinero de gobiernos miembros de la OTAN, y ella misma -con fuertes y probados lazos con altos representantes oficiales de Washington- vincula espacios pretendidamente culturales a acciones de grupos terroristas contra su país.
En cuanto a rigor intelectual, las propias declaraciones de Antonio Rodiles – principal animador de Estado de SATS-, según las cuales sus referentes ideólogicos son la Wikipedia y el liberalismo, reflejan la clase de tomadura de pelo orquestada por quienes venden a la señora Sánchez como periodista y pensadora y a Estado de SATS como espacio alternativo. Por otra parte, la presencia en Estado de SATS de funcionarios de la Sección de Intereses de Estados Unidos en Cuba no es exactamente una contribución a la alternatividad de tal espacio.
En paralelo, Diario de Cuba, una las publicaciones que - financiada por el gobierno español- actúa como caja de resonancia a esta extraña alternatividad intelectual y fabrica todos los días falsas noticias de represiones y detenidos, ya divulga una “solicitud de Acción Urgente” de la ONU en la Isla porque “no debe esperarse la pérdida de más vidas humanas, como está sucediendo en Siria“.
Resulta demasiado evidente que connotados terroristas, falsos pensadores y “diplomáticos” del país que tortura en Guantánamo y bombardea civiles en Afganistán, trabajan sin moderación con el fin de crear las condiciones para una intervención militar de Estados Unidos contra Cuba. No lo digo yo, es la confesada “opinión más íntima” de Ernesto Hernández Busto, uno de los principales promotores fuera de la Isla de Yoani Sánchez y Estado de SATS.
Vincular todo eso con la poesía y las ideas alternativas es cuando menos una estafa intelectual y un crimen de lesa cultura.
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