Fotos: Ismael Francisco
El 7 de diciembre es duelo nacional en Cuba. Ese día de 1896 cayó en combate Antonio Maceo, protagonista de la Protesta de Baraguá, en la que -después de diez años de lucha- se negó a aceptar la paz sin independencia ni abolición de la esclavitud.
Al caer en combate frente al colonialismo español, Maceo llevaba en su cuerpo más de 25 heridas de guerra, por lo que el general mulato que en estatura física igualaba su grandeza ética y talento político quedó en la historia como El titán de bronce. Interpelado sobre su actitud en caso de una intervención norteamericana en Cuba, Antonio Maceo respondió: “esa sería la única forma en que mi espada estaría al lado de la de los españoles”.
Pero el 7 de diciembre es la fecha que han escogido un pequeño grupo de personas nacidas en esta tierra para amanecer conspirando con los representantes de Estados Unidos en La Habana en contra de su país. Allí han estado varias miembros de las llamadas “Damas de blanco“, a las que algún trasnochado propagandista de la contrarrevolución ha osado comparar con Mariana Grajales, madre de Antonio que ofrendó a todos sus hijos y su esposo a la causa de la independencia de Cuba.
Estas son agunas de las fotos, protagonizadas esta mañana por los funcionarios diplomáticos de EE.UU. en Cuba y sus asalariados, que recogen el amanecer feliz de los freedom fighters pronorteamericanos en La Habana, el día en que Cuba recuerda a su más vertical combatiente por la independencia. Y pensar que los diplomáticos norteamericanos no pueden entender por qué nadie sigue a sus mercenarios en Cuba. (Tomado de La pupila insomne)
La Oficina de Intereses de los Estados Unidos en La Habana convocó a un desayuno en la residencia oficial del Jefe de la diplomacia norteamericana en la Isla, John Caulfield, pautado a las 9 de la mañana. Desde las 8:30 el grupo más numeroso estaba congregado en las afueras de la casa del Secretario de cultura Joaquín Monserrat, en 7ma y 34, Miramar, donde la esposa de Monserrat, Micaela Newhman, pasó lista de los invitados. Yoani Sánchez no siguió este humillante protocolo. Viajó directamente en taxi a la casa del Jefe de la SINA. Nadie la vio salir de ahí. O está todavía allí recibiendo instrucciones, o salió escondida en una de las camionetas de los diplomáticos norteamericanos.
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