Presidente de Panamá, Ricardo Martinelli |
Resulta
difícil imaginar un barco perteneciente al gobierno de Corea del Norte
-descrito siempre en la gran prensa como un extremista perseguidor de
las buenas costumbres occidentales- como un protagonista del
narcotráfico, y mucho menos si procede de Cuba, el único país de América
que no sufre ese flagelo. Pero los hombres de Martinelli lo imaginaron y
encontraron lo que sus informantes -Martinelli no dijo quiénes eran
pero no es difícil deducirlo- querían que encontraran: una noticia para
distraer la atención del mundo de la persecución que llevan contra el ex
asesor de la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Edward Snowden, y la rebelión latinoamericana que provocaron al intentar humillar, en función de ella, al presidente boliviano, Evo Morales.
El “equipo sofisticado de misiles” resultó ser, según informó el
Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, “armamento defensivo
obsoleto – dos complejos coheteriles antiaéreos Volga y Pechora, nueve
cohetes en partes y piezas, dos aviones Mig-21 Bis y 15 motores de este
tipo de avión, todo ello fabricado a mediados del siglo pasado-, para
ser reparado y devuelto”. Cualquier persona mínimamente conocedora sabe
que con ese tipo recursos no se puede hacer otra cosa que defender el
propio territorio y que los mismos que informaron a Martinelli llevan
más de un siglo tratando de ahogar por la fuerza -de las armas o las
agresiones económicas y mediáticas- cualquier intento de independencia
en este continente.
Con muy buena puntería el gobierno del
señor Martinelli ha dicho que acudirá a los militares de Gran Bretaña y
Estados Unidos -los únicos dos países que han agredido militarmente a
América Latina en los últimos cincuenta años- para que investiguen el
armamento cubano. También ha hablado de resoluciones de las Naciones
Unidas pero son EE.UU. y Gran Bretaña los que en contra de la ONU
ejecutaron -con armas ofensivas- la invasión de Iraq y desataron una
guerra que aún no se apaga y por más que investigaron e investigaron no
encontraron jamás las armas de destrucción masiva con que intentaron
justificar su proceder.
El gobierno cubano ha declarado que “los
acuerdos suscritos por Cuba en esta esfera se sustentan en la necesidad
de mantener nuestra capacidad defensiva para preservar la soberanía
nacional”. Quizás sería bueno preguntarse qué soberanía preserva el
presidente de Panamá aunque creo merece una oportunidad: estoy buscando
los barcos sospechosos de transportar los drones con los que Estados
Unidos ejecuta sin juicio a sus enemigos para darle sus datos a Martinelli y pedirle los inspeccione cuando crucen el Canal de Panamá.
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