Son muchos los pueblos que se manifiestan solidariamente con
su similar de Siria y que condenan muy fuerte el planificado ataque a ese país
por parte de Estados Unidos y sus aliados de la OTAN. Es como los vampiros que chupan y chupan la sangre como
alimento vital para su existencia y en el caso que me ocupa es la guerra, la
destrucción, la avaricia por arrebatar los recursos naturales a los más débiles
y crear falsas historias que solo los consorcios de la información a su
servicio lo repiten una y otra vez para crear matrices de opinión a la vez que se oculta información.
Hoy en la red social Facebook, en la que se vertieron
diferentes opiniones acerca de la torpeza imperialista y la sed arrebatadora de
guerrear, se exigía que la humanidad debía pararlo. Entonces, nos cuestionábamos la existencia real de "la humanidad" y su fuerza
para lograrlo, porque los días que corren nos demuestran que esa "humanidad" son los pueblos y gobiernos progresistas del planeta que constituyen
una mayoría numérica, pero una minoría
económica... sin poder, sojuzgada por la historia y por los imperios que se han
sucedido en el proceso de esa dominación.
Es esta la época que avizoró Fidel hace muchos años cuando desde la ONU
nos conminaba a pensar que nosotros mismos seríamos los que haríamos
desaparecer la especie humana: “Una especie está en peligro de extinción…”,
decía, y muy pocos hicieron caso de ello. Hoy es una realidad.
La sed se inició hace siglos desde el propio origen capitalismo, que a decir de Marx, "llegó al mundo echando sangre y lodo por todas partes" y más recientemente penetró por las propias Torres Gemelas y se
expandieron al Oriente Medio desbastando a Afganistán, Iraq, Libia, los
continuos ataques a Irán creando matrices de opinión en relación con la
utilización de la energía nuclear, los conflictos con Corea Democrática, las
presiones en los países Latinoamericanos para revertir la situación existente
hoy en relación con las tendencias progresistas y las acciones continentales
realizadas a través de sus organizaciones como son la CELAC, ALBA, UNASUR, Caricom,
y tratar de darles un tiro de gracia a través de la planificación de acciones
terroristas, intromisión en los asuntos internos de los países y la
planificación de la eliminación física de sus principales dirigentes.
Sobran los ejemplos en la historia de estas fechorías
yanquis. Solo han cambiado y ampliado los propósitos, pero el modo operante es
el mismo, con un ciclo exacto de acciones. Ello lo demuestra cuando podemos
avizorar desde bien temprano el rumbo de su actuar en cualquier circunstancia.
Hoy Siria está en la mira. Los pueblos se suman cada vez más
al concierto solidario que ha despertado esta catástrofe que pretenden ejecutar
los que todavía se creen amos y señores del universo. Vladimir Putin alertó a
Obama acerca de las consecuencias que ello derivaría con la masacre a miles de
personas indefensas que nada tienen que ver con las pretensiones imperialistas
en ese país. Por su parte Bashar al Assad,
presidente sirio ha reiterado que continuará su lucha contra el terrorismo a
pesar de las amenazas del Premio Nobel de la Paz Barak Obama, quien ya declaró
que ha “decidido que EE.UU. debe emprender una intervención armada contra Siria”, y aseguró que ya tienen
posiciones militares en la región y emprenderán acciones cuando se consideren
listos. “Podría ser mañana, en una semana o un mes desde ahora”.
El Papa Francisco por su parte expresó al respecto: “No más
guerras. Nunca el uso de la violencia lleva a la paz, la guerra llama a la
guerra, la violencia llama a la violencia”, consideró el Sumo Pontífice, en
medio de los preparativos de Estados Unidos y otras potencias occidentales de
una agresión contra Damasco.
Un reclamo de paz, sosiego, solidaridad y progreso se impone
ante tanto desastre humano y desvalorización de la ética social que ha imperado
y legado por nuestros ancestros. ¡NO WAR! ¡ NO A LA GUERRA! ¡SÍ A LA PAZ! Ese
debe ser nuestro reclamo para sacar a Siria de la mira del imperio o a cualquier otro país
que pretendan colocar ahí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario