por Gabriel Molina
Tomado de Granma
El senador Ted Kennedy refrendó esa inesperada declaración y así se le dio un vuelco a la contienda que hasta entonces favorecía a Hillary Clinton. Obama resultó ser el insólito primer afroamericano en ocupar la presidencia del país más racista del planeta. De ese modo adquirió una especie de compromiso que este 22 de noviembre reverdece al marcar el inicio del cincuentenario del magnicidio que estremeció al mundo. Significativamente la conmemoración coincide con la elección de Barack Obama para un nuevo periodo en la Casa Blanca.