Por Oscar R. Amado, Marcelo Colussi y Rodolfo Solana
ArgenPress
“Cuanto más se acrecienta la interactividad global, más se impone la exigencia de una visión panóptica y totalitaria. A la famosa “burbuja virtual” de la economía del mercado único le sucede esta burbuja visual donde la amplificación de las apariencias desempeñará muy pronto el mismo papel multiplicador que el de la especulación financiera”. Paul Virilio (“Televigilancia global”)
La revolución científico-técnológica está conmoviendo la vida humana, sus pautas sociales, culturales, económicas y políticas. Estos avances científicos auguran, o deberían augurar, al menos, un futuro promisorio. Pero también es cierto que, como en los casos de la ingeniería genética y las comunicaciones, existen interrogantes ético-sociales y políticos que deben ser resueltos para que estos cambios transformadores no se conviertan en nuevas formas de coerción y autoritarismo.
El ojo de Dios está siendo reemplazado por el ojo de la Humanidad. La revolución comunicacional y cibernética, mediante los satélites, lo está permitiendo. La utilización de los sistemas de televigilancia satelital denominados Echelon (norteamericano), Enfopol (europeo) y Sorm (ruso) han puesto de relieve los problemas que plantean a las libertades individuales y de las naciones, problemas que superan las visiones apocalípticas de Julio Verne, George Orwell, James Burnham, Jack London y Ray Bradbury, quienes desde distintas ópticas, previeron y describieron de manera fantástica las formas totalitarias reales contemporáneas.