Dice la creencia popular que fue Paul Joseph Goebbels, ministro de propaganda de Hitler, quien dijo que “una mentira repetida mil veces se convierte en verdad”. No existe ninguna constancia que lo expresara exactamente de esa manera, aunque en varios de sus escritos y discursos habla de la forma de mantener siempre un solo concepto y difundirlo y repetirlo constantemente. Lo cierto es que este método, llevado adelante a través de los medios de comunicación de masas, ha resultado sumamente efectivo.
Y cuando lo analizamos con detenimiento, vemos que opera a un nivel mucho más profundo y complejo que el de la mera alteración de la información, como se pudiera creer en primera instancia. En principio, es obvio que parte del engaño de los medios de comunicación globales –reunidos en un puñado de corporaciones que trabajan asociadas para “crear” la mayor parte del panorama comunicacional mundial– consiste en modificar la realidad, ocultar ciertas cosas, deformar otras y proporcionar como ciertas otras que no lo son en absoluto. Sin embargo, creemos que el poder oculto de los medios – directamente ejercido al servicio de mantener un sistema de dominación sobre las grandes masas, sobre todo de los países centrales– es mucho más sutil, y también está definido por la máxima citada.