Nosotros los cubanos valoramos y agradecemos profundamente su decisión de no asistir a la “VI Cumbre de las Américas”.
Nuestra América Latina desde el Río Bravo hasta la Patagonia con la que soñaran Bolívar y Martí le dicen:
Gracias compañero Presidente por su valor y entereza.
Con vuestra decisión América Latina comienza a independizarse de esos corsarios y piratas modernos que actúan como si fueran los dueños del universo.
Compañero presidente, como estamos convencido de que un mundo más justo y solidario es posible, ya sabemos que podemos enfrentarnos a esos conquistadores que no cesan en el empeño de apoderarse de nuestros recursos naturales quitando y poniéndonos presidentes según los antojos de sus mentalidades mercantiles. Políticos malvados que todavía “...nos deben como un siglo de insomnios y garrote, como tres mil kilómetros de injurias, como veinte medallas a Somoza, como una sola Guatemala muerta”.
¿Cómo Nuestra América se puede dar el lujo de convocar cumbres y al mismo tiempo aceptar el dictado de los conquistadores del Norte de excluir a Cuba?
¿De qué clase de “Cumbre de las Américas” estamos hablando, si el mismo Imperio de siempre puede seguir decidiendo en detrimento de la gran mayoría de nuestros pueblos?
¿Qué clase de presidentes son esos que actúan representando los intereses de lo peor de nuestro hemisferio?
Compañero presidente, con su decisión no solo comenzamos a despertar de nuestra pesadilla, sino que comenzamos a crecer en nosotros mismos como verdaderos latinoamericanos.
Gracias a usted ya estamos en camino hacia una cumbre verdadera, esas cumbres donde el patriotismo superará las fronteras y hará de Nuestra América un continente unido por todo y para el bien de todos, sin dictadores y conquistadores que laceran nuestra moral y corrompen nuestra rica cultura.
Si el mismísimo New York Time reconoce la ayuda brindada por el pueblo cubano al pueblo de Haití en la lucha contra el cólera, si reconocemos las labores que realizan los internacionalistas cubanos en toda Latinoamérica, si sabemos de la Escuela Latinoamericana de Medicina en Cuba donde se han graduado miles de médicos de nuestro continente, si ya sabemos que Cuba otorga más becas a estudiantes latinoamericanos y de otros continentes que los Estados Unidos de América y Canadá juntos, ¿con qué moral pueden estos señores excluir a Cuba de una cumbre latinoamericana?
Los próceres de nuestra república lograron nuestra independencia de España, ahora nos toca a nosotros independizarnos de la mentalidad monopolista de los más pudientes.
Ya estamos logrando la independencia política, ahora debemos lograr independizar nuestra mente y nuestra cultura.
Ya sabemos que la diplomacia es una de los más grandes atributos que debe tener un presidente, solo así puedo explicarme su deseo de que la Cumbre de Cartagena sea exitosa por el bien de la región y del mundo.
Yo como ciudadano común y corriente por suerte no estoy obligado a expresarme con diplomacia. Permítame por favor contradecirle cuando le digo que mi mayor deseo sería que muchos presidentes latinoamericanos siguieran su ejemplo y no asistieran a esa Cumbre por no representar los deseos de la inmensa mayoría de nosotros los latinoamericanos.
Hasta la victoria siempre y gracias por esa lección de coraje, por su alucinante visión de político, de revolucionario y por anunciarnos que la independencia y la identidad latinoamericana debe ser nuestra tarea fundamental por el futuro de nuestro continente.
Atentamente y con saludos solidarios
*Justo Cruz cubano residente en Alemania y coordinador de Cuba Si
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