Por Yuliet Calaña
Islavisión
Habitamos y nos habita una isla a la que
como dijo el poeta no se llega por naufragio. Un chispazo de tierra que se
nutre y abanica en el mar que la rodea. Una ínsula que ofrece a sus visitantes
el exotismo de sus playas, sus paisajes y fondos marinos, la calidez y el
carisma de su gente.
Vivimos en la isla de los mil nombres. Cuenta su historia fundacional con trazos sinuosos y pintorescos desde las paredes de una cueva, el relato triste de crímenes y castigos desde una circular del Presidio, las páginas de consuelo al joven Martí desde cada rincón de la finca El Abra o las leyendas de filibusteros y tesoros ocultos en la piel de otros Piratas que regresan ahora de chamarretas y spay para saquearnos todas nuestras sonrisas.
Vivimos en la isla de los mil nombres. Cuenta su historia fundacional con trazos sinuosos y pintorescos desde las paredes de una cueva, el relato triste de crímenes y castigos desde una circular del Presidio, las páginas de consuelo al joven Martí desde cada rincón de la finca El Abra o las leyendas de filibusteros y tesoros ocultos en la piel de otros Piratas que regresan ahora de chamarretas y spay para saquearnos todas nuestras sonrisas.