miércoles, marzo 29, 2006

CRECE OPOSICIÓN AL GUERRERISMO DE BUSH

La política guerrerista, xenófoba y racista de la Administración de George W. Bush, multiplica las protestas populares. Estas multitudinarias manifestaciones de inmigrantes en EE.UU. se realizaron para demandar justicia, contra las arbitrarias medidas que al respecto adopta el Gobierno de ese país, además del clima de extrema violencia que prevalece en Iraq y el creciente rechazo del pueblo estadounidense a la guerra.
En varias ciudades norteamericanas se han efectuado protestas multitudinarias durante días consecutivos por variadas organizaciones étnicas y laborales, y la televisión cubana mostró imágenes captadas por medios de prensa.
Estados Unidos es un país de inmigrantes, en momentos en que el Congreso debate reformas a la ley de inmigración el 67 por ciento de personas preguntadas critican el sentido xenófobo de la legislación vigente.
También se denuncia la edificación de un gigantesco muro en la frontera con México para impedir el tránsito de personas en busca de trabajo, así como proyectos de leyes que equiparan a los inmigrantes con delincuentes e imponen nuevas sanciones a empleadores que contraten a indocumentados.
El tema de inmigración divide actualmente a los Estados Unidos, existen condiciones de extrema peligrosidad que siguen afrontando los que intentan entrar ilegalmente en ese país . Hay proyectos legislativos que conceden visas temporales a quienes desempeñen oficios manuales y labores agrícolas.
Obviamente se trata de aprovechar mano de obra barata en tareas que los norteamericanos habitualmente no quieren desempeñar, sin asumir obligaciones sociales con los trabajadores temporarios.
La cadena de televisión CNN mostró entrevistas con inmigrantes, quienes expresaron su desacuerdo con las medidas represivas que sufren en Estados Unidos.
Unos siete mil voluntarios paramilitares serán movilizados en abril para evitar que indocumentados crucen la frontera desde México, mientras proyectos de leyes incluyen reclutar más de 12 mil nuevos agentes represores.
Expertos de grupos nacionales defensores de los derechos de los inmigrantes en Estados Unidos, aseguraron que los votantes latinos ‘castigarán’ en las urnas al Partido Republicano en las elecciones de noviembre próximo, así como a todos los políticos que intenten dañar a esta comunidad.
Se han producido renuncias muy recientes de funcionarios de la Administración de George W. Bush y según encuestas, la aprobación de la gestión presidencial apenas rebasa el 30 por ciento y se esperan sustituciones en el gabinete.
Cada día aumenta el número de ciudadanos norteamericanos que rechazan la guerra y se niegan a ser enrolados. El 60 por ciento de entrevistados estima que las cosas están malas para EE.UU., y 57 por ciento opina que haber invadido a Iraq fue un error, revelan las encuestas.
No obstante, hasta la extrema derecha norteamericana está molesta con George W. Bush, porque desearía una política incluso más agresiva que la actual, mientras el propio Presidente parece no enterarse de las controversias políticas en su país y de los descalabros que sufre en Iraq.
Reportes de agencias de prensa dieron cuenta de recientes atentados que costaron la vida a más de medio centenar de civiles iraquíes, y de un ataque combinado entre efectivos norteamericanos y reclutas locales contra la mezquita chiíta Al -Mustafá, que mató a 20 personas, con evidente propósito de incitar la guerra inter-étnica en el país invadido.
El escándalo es de tal magnitud que hasta el Gobernador de Bagdad -impuesto por los ocupantes-, declaró que interrumpiría toda colaboración con las tropas estadounidenses hasta que se investigue el ataque a la mezquita.
Existen secuelas de enfermedades que puede dejar el uso de armas y municiones contaminantes, incluidos los propios soldados invasores, entre los que aumentan las deserciones, mientras observadores afirman que solo en los últimos 18 meses han ocurrido 100 mil muertes de civiles iraquíes.
El periodista Michael Gordon, del New York Times, con acceso a información de primer nivel y en colaboración con un general estadounidense, escribió un libro que revela francas manipulaciones por el alto mando, para justificar públicamente la guerra contra Iraq y el conocimiento previo del genocidio que se cometería.
Auditores del Pentágono descubrieron cargos por más de 250 millones de dólares en exceso por la firma Halliburton en trabajos en Iraq, como muestra del enriquecimiento ilícito que genera la guerra.