miércoles, marzo 15, 2006

Reflexiones durante el JUEGO CERO (CUBA 4 a 3)

Por Sergio Rivero Carrasco

Las calles de todos los poblados, grandes y pequeños, de sierras y llanos o costas, muestran esta noche la soledad de los casi 11 millones de cubanos que, como vaticinó Felicita Tamayo, madre de Michel Enríquez Tamayo, tercera base del equipo Cuba que poarticipa en el Clásico Mundial de Béisbol, estarían acompañando a su equipo en este JUEGO CERO, que decide la continuidad la lucha por el cetro del Orbe en el deporte rey de los cubanos: El Béisbol.
Rodilla en tierra, cuerpo, alma y corazón están poniendo los bisoños jugadores para mantener el nombre de Cuba en lo más alto del podio.
Hace unos días comentaba con una colega que los cubanos, desde que nos formamos como tal, lo hicimos con un amor y deseo tales, que en cualquier circunstancia en que nos ha tocado luchar por la nación, lo hacemos sin reparos aunque en ello vaya nuestra propia vida.
En el terreno cada uno de los jugadores van entregando la vida y a la altura del séptimo ining, mantienen el marcador de cuatro a tres sobre Puerto Rico.
Estamos orgullosos de ellos y seguros de que este colosal derroche de combatividad, honor e hidalguía, llevará a feliz término esta confrontación.

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